domingo, 8 de noviembre de 2015

Los pescadores y agricultores de Ghana temen el auge del petróleo y el gas

ACCRA.- Para las autoridades de Ghana, la explotación del petróleo y el gas en el oeste del país es una de las prioridades para reducir su dependencia energética, pero la población local denuncia daños fatales en esta región agrícola y pesquera.

Durante la inauguración de una fábrica de producción de gas en Atuabo el año pasado, el presidente ghanés, John Dramani Mahama, se felicitaba por este paso, aún más importante, a su juicio, que el descubrimiento del petróleo. Para Mahama, esta fábrica de 500 megavatios y las prospecciones de petróleo en las aguas del golfo de Guinea podrían transformar el sector energético del país.
Sin embargo, la población de esta región, que vive principalmente de la pesca y la agricultura, se preocupa por el impacto en su modo de vida ancestral. "No podemos dormir por la noche a causa de la fábrica", explica John Boadu Nredah, un habitante de la localidad de Asem Nda. "Hace más calor, los cocoteros y las plantas se secan", asegura este hombre, para quien ya no se sienten los efectos benéficos de la brisa marina que otrora refrescaba la atmósfera.
En sus barcas pintadas con los colores de equipos ingleses de fútbol, los pescadores se quejan de la zona de exclusión de 500 metros alrededor de los pozos de petróleo. "La exploración del petróleo ha creado muchas dificultados en las zonas costeras", explica Dominic Essuah, un pescador de Ankobra, a 47 kilómetros de Atuabo. "Los peces empezaron a morir cuando se abrieron los pozos (...) en la región. Ya no pescamos tanto como antes", asegura.
La producción comercial de petróleo en Ghana comenzó a finales de 2010 en el campo submarino de Jubilee, explotado por la compañía angloirlandesa Tullow Oil a 80 kilómetros frente a las costas occidentales, cerca de Costa de Marfil.
El país produce actualmente 100.000 barriles diarios, pero espera superar la barrera de los 250.000 antes de 2021, ahora que otros enclaves petrolíferos empiezan también a explotarse.
A modo de comparación, Nigeria, primer productor africano de crudo, produce 1,8 millones barriles diarios, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de la que es miembro.
En Ghana, pese a que las reservas de petróleo y gas son inferiores a las del gigante regional, el sector está considerado como una herramienta de crecimiento económico para el país, donde las exportaciones de oro y cacao siguen dominando el sector.
El gobierno ghanés desea desarrollar considerablemente la producción de petróleo en los próximos tres años, con el objetivo, a largo plazo, de acabar con la dependencia energética del país con Nigeria y poner fin a los cortes de electricidad que pueden durar hasta un día entero. La fábrica de Atuabo, abierta desde diciembre 2014, forma parte, en principio, de la solución.
Ghana no quiere repetir los errores de Nigeria, donde el sector petrolífero ha generado una corrupción generalizada, violencia y daños económicos importantes. Sin embargo, las quejas de la población costera recuerdan la situación nigeriana.
Un problema importante en esta región costera que vive de la pesca y no de una industria alternativa, y donde la tasa de desempleo y de analfabetismo es importante, es la bajada del volumen de peces capturados.
Para crear en la región nuevos empleos, en el sector energético, el gobierno propuso construir un puerto franco, pero muchos dudan del impacto real de esta medida para la población local.
Muchos de los trabajadores locales que tenían la calificación necesaria para el puesto han sido descartados, en beneficio de empleados procedentes de Accra, la capital, aseguran.
Daniel Eshun, un responsable del distrito de Ellembelle (oeste), subraya que el gobierno garantiza las formaciones, pero esto no es suficiente. Por ello, insta a las compañías petroleras a aumentar su financiación. "Esto nos ayudará a todos, creará empleos en la región y, por extensión, en todo el país", explica.
Muchos ghaneses estiman positivo el desarrollo de la industria gasística y petrolera, siempre y cuando las comunidades locales se vean beneficiadas y reciban indemnizaciones por la pérdida de ingresos. "Llamamos a las autoridades a que se aseguren que nosotros, gente de la costa, recibamos un porcentaje de sus beneficios para compensar nuestras pérdidas", reclama Dominic Essuah, el pescador de Ankobra.

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