martes, 1 de diciembre de 2015

La falta de convertibilidad, un obstáculo para el yuan pese al reconocimiento del FMI

PEKÍN/NUEVA YORK.- El reconocimiento del yuan por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) contribuirá a extender su uso fuera de China, pero su falta de convertibilidad sigue siendo un obstáculo para su expansión internacional, según los expertos.

El FMI confirmó ayer que incluirá el yuan en su cesta de divisas, lo que lo convierte en una moneda de reserva. Se trata de un reconocimiento simbólico para Pekín, que quiere reforzar la importancia de su divisa en el mundo, a la altura de su potente economía, la segunda del planeta.
Las repercusiones de esta decisión no serán inmediatas, aunque el reconocimiento del FMI llevará a los bancos centrales a incluir el yuan en sus reservas, indican los expertos.
"En los próximos seis años, la proporción de yuanes en las reservas [de los bancos centrales] podría pasar del 1,4% actual a una horquilla de entre el 4,7% y el 10%", lo que supondría comprar yuanes por valor de 110.000 millones de dólares, según Dariusz Kowalczyk, de Crédit Agricole.
Para los observadores, el problema es la convertibilidad limitada del yuan, es decir, el hecho de que China imponga restricciones para cambiar su moneda con otras divisas.
"Los bancos centrales, como todos los gestores de fondos, prefieren divisas totalmente convertibles para las que existen grandes mercados de cambio y de obligaciones" donde se pueden cambiar fácilmente, indica Andrew Kenningham, de Capital Economics.
Y ahí reside el problema: "el atractivo del yuan como moneda de reserva se verá obstruido por su falta de convertibilidad y por su liquidez limitada", afirma Kenningham, y apunta que hay tener en cuenta además el freno actual de la economía china.
Para entrar en la cesta del FMI, una divisa necesita ser "ampliamente utilizada" y "utilizable libremente".
El yuan cumplió fácilmente el primer requisito: en septiembre fue la quinta divisa más usada en los pagos internacionales, con un 2,45% del total de las transacciones, todavía lejos del dólar (43,3%) o el euro (28,6%), según la compañía financiera SWIFT.
La segunda condición (una moneda utilizable libremente) fue en cambio mucho más debatida, porque el yuan sólo puede fluctuar respecto al dólar dentro de una horquilla determinada a diario.
Se trata de una medida de protección del gobierno de Pekín, que impone restricciones a los movimientos de su moneda en el extranjero por miedo a la fuga de capitales. El reciente desmantelamiento de una trama acusada de transferir ilegalmente al extranjero miles de millones de yuanes es una prueba de la intransigencia de las autoridades de Pekín sobre esta cuestión.
"China ha prometido levantar los controles de capitales antes de 2020, lo que significa que la libre convertibilidad todavía está muy lejos", recuerda Andrew Colquhoun, analista de Fitch Ratings.
China ha tomado algunas medidas hacia la convertibilidad, como la liberalización de las tasas de interés y la autorización a algunos bancos centrales y fondos de inversión extranjeros a acceder a su mercado interior.
En agosto, el banco central chino (PBOC) anunció la devaluación de un 5% de su moneda, y justificó la decisión para acercar al yuan a su "valor real", una medida celebrada por el FMI. También cerró acuerdos de intercambio de divisas con unos 30 bancos centrales.
Este martes el PBOC celebró el anunció del FMI y su voluntad de "acelerar las reformas financieras y de apertura".
Pero los expertos consideran que China tiene que seguir haciendo reformas en su sistema financiero para convencer a los inversores institucionales y privados, que temen una política económica "imprevisible", apunta Mark Williams, de Capital Economics.
La decisión del FMI tampoco debería frenar la fuga de capitales de China, acelerada por la mala coyuntura económica y el temor a una depreciación continua del yuan.

La decisión del FMI

El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció ayer lunes la incorporación de la moneda china a su exclusiva canasta de reservas reconociendo el creciente poder de ese país en la economía mundial.
El yuan, también conocido como renminbi, se suma al dólar, el euro, el yen y la libra esterlina en la canasta de monedas que el FMI utiliza como un activo internacional de reservas.
Esta decisión es un "hito importante en la integración de la economía china al sistema financiero mundial", dijo la jefa del FMI Christine Lagarde.
"También es un importante reconocimiento a los progresos hechos en los últimos años por las autoridades chinas para reformar el sistema monetario y financiero" del país, afirmó.
La decisión del Comité Ejecutivo del FMI, que representa a los 188 países miembro de la entidad, es un espaldarazo al objetivo de Pekín de darle al yuan su lugar entre las principales monedas del mundo.
La incorporación del yuan a la canasta de monedas será efectiva desde el 1 de octubre de 2016. Sin embargo el FMI ya determinó que su peso en la canasta será mayor que el del yen y la libra esterlina.
Con la moneda china, la cesta del FMI se compondría con 47,7% para el dólar, 30,9% para el euro, 10,9% para el yuan, 8,3% en yenes y 8,09% en libras esterlinas.
China, la segunda mayor economía del planeta, pidió el año pasado al FMI que integrase al yuan a la canasta de monedas que conforman los Derechos Especiales de Giro (DEG).
Sin embargo el yuan era entonces visto como demasiado controlado por el gobierno como para incorporarlo. Ahora fue considerado ajustado a los criterios del FMI.
Los DEG son el instrumento monetario del FMI que sirve, por ejemplo, para estimar las tasas de interés de los préstamos que concede.
Los países miembro pueden también utilizarlos para afrontar obligaciones ante el FMI o también para ajustar sus reservas monetarias.
La incorporación de la moneda china a la canasta era esperada desde comienzos de noviembre cuando expertos del FMI dijeron que Pekín había dado los pasos necesarios para la libre circulación del yuan. Lagarde apoyó ese reconocimiento.
Lagarde dijo que ahora espera que China siga avanzando en su apertura hacia la economía mundial.
"La continuación y profundización de esos esfuerzos generarán un sistema financiero internacional más robusto que, a su vez, dará apoyo al crecimiento de China y de la economía mundial", dijo Lagarde.
El Banco Central de China dio pasos hacia la liberalización de la circulación del yuan. Su inesperada devaluación de agosto fue bien recibida por el FMI que la consideró como un avance hacia el objetivo de que fluctúe según las fuerzas del mercado.
Además, Pekín anunció el miércoles pasado que un grupo de bancos centrales admitió al yuan en sus mercados de divisas lo cual estimula la internacionalización de esa moneda.
El banco central chino saludó la decisión, al considerar que la incorporación del yuan a la canasta de los DEG "también significa que la comunidad internacional tiene grandes expectativas de que China juegue un papel activo en la arena económica y financiera mundial", según un comunicado divulgado por la agencia oficial Xinhua.
Pero no todo está aún resuelto para China. Sus autoridades monetarias tendrán que enfrentar desafíos ahora que el yuan logró el reconocimiento del FMI como moneda de reserva.
El Banco de China está presionado a ser tan transparente como sus pares, como ser la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo.
Lagarde dijo en una conferencia de prensa, que el FMI trabajó "muy duro" para tomar la decisión anunciada este lunes.
Enfatizó que el FMI seguirá vigilando a todas las autoridades monetarias responsables de las cinco monedas de la canasta de la entidad.
La integración y peso de cada moneda en los DEG es revisada cada cinco años. La última vez que hubo cambios en la cesta fue en 2000 cuando el euro reemplazó al marco alemán y al franco francés.
La admisión del yuan tuvo el beneplácito de Estados Unidos, principal socio de los 188 países del FMI.
Hasta no hace mucho, Washington acusaba a Pekín de mantener al yuan deliberadamente bajo para sacar provecho comercial.
En octubre, el departamento del Tesoro de Estados Unidos moderó su posición y dijo que los esfuerzos de Pekin por reducir los controles sobre el yuan "permanecen por debajo una adecuada valuación a mediano plazo".
La decisión del FMI, incluso, puede causar enojo en el Congreso de Estados Unido en el contexto de la campaña hacia las elecciones presidenciales del año que viene.
Una y otra vez, el Congreso se ha rehusado a ratificar la reforma del FMI del año 2010 que daría un mayor peso en la entidad a China y otras cuatro potencias emergentes: Brasil, Rusia, India y Sudáfrica.

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