sábado, 19 de diciembre de 2015

Los argentinos, entre la inquietud y la expectativa del ajuste monetario

BUENOS AIRES.- Dos días después del ajuste monetario que dictó el gobierno de Mauricio Macri, los argentinos se mantienen hoy entre expectantes, reservados, preocupados y no pocos muy críticos de la medida. Al cierre del viernes la devaluación hundió las acciones y los bonos en la Bolsa de Buenos Aires. Los papeles líderes disminuyeron 4,47 por ciento en una jornada con caídas generalizadas en el índice Merval, informaron las páginas financieras.

Esa tendencia la replicaron los bonos soberanos, mientras la tasa oficial para la venta del dólar quedó en 13,60 por uno y en el mercado negro, donde prevalecen las operaciones, estuvo en 14,20 pesos vendedor.

En los dos días de operaciones desde que el ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay anunció la eliminación de los controles cambiarios y liberó el mercado monetario, la compra de dólares por los argentinos fue ínfima, evidencia de la reserva con que acogieron la medida.

Para describir ese panorama, un comentarista del servicio Infonews escribió que en el primer día del levantamiento del llamado cepo se vendieron más paraguas que dólares en el microcentro de Buenos Aires.

Con vista a apuntalar las reservas en caso de una masiva afluencia de gente para comprar dólares, el nuevo Ejecutivo arregló un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo por cinco mil millones de dólares.

Se dijo que será dedicado a la terminación de un túnel ferroviario que atravesará Los Andes para enlazar a Argentina con el oceáno Pacífico a través de Chile.

El exministro de Economía y ahora diputado nacional Axel Kicillof describió la política monetaria como "un plan de ajuste ortodoxo", y su crítica fue más dura cuando dijo: "Pareciera que el Fondo Monetario Internacional está a cargo ahora de la economía argentina".

Auguró que estas decisiones económicas generarán, a la larga, inflación, recesión, caída de salario y de las jubilaciones, y la vuelta al endeudamiento.

Preocupados por los síntomas que se advierten de alza de productos, los sindicatos pidieron al gobierno un bono de fin de año, y preparan una multitudinaria movilización para el martes.

Techint, la mayor corporación de Argentina, tuvo que dar vuelta atrás a su decisión de despedir a 185 obreros ante una fuerte protesta. Lo mismo le sucedió a la nueva dirigencia del Congreso cuando trascendió que dejaría en la calle a 600 trabajadores legislativos.

El viernes los líderes de las tres alas de la Confederación General de los Trabajadores acordaron hacer esa solicitud, así como afianzar el modelo de sindicatos por actividad y mantener la libre negociación de los convenios colectivos de trabajo.

Y esperan -según advirtieron- que el cepo que el gobierno le levantó al dólar ahora no se lo imponga a los contratos salariales que se negociarán a partir de marzo, aunque ya los docentes comenzaron a prepararse.

En medio del alza generalizada de productos, el ejecutivo argentino busca que no haya aumento adicional en los combustibles tras el fin del cepo al dólar.

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, dijo que negocia con las empresas del sector para evitar que la corrección cambiaria se traslade a los precios en momentos en que los argentinos comienzan a moverse en sus vacaciones veraniegas.

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