sábado, 12 de diciembre de 2015

El forcejeo de Ucrania por la deuda soberana con Rusia tensa el ambiente

MOSCÚ.- El forcejeo del gobierno ucraniano por la deuda soberana con Rusia derivó esta semana en la decisión rusa de dirimir el litigio en una corte internacional por el impago de parte de Kiev. La administración del Kremlin propuso a mediados de noviembre condiciones que considera flexibles para una reestructuración del empréstito, pero sujetas a una obligación de pago por la contraparte.

El primer ministro ucraniano, Arseny Yatseniuk, dejó claro días atrás que Rusia no recibiría dinero alguno si no acepta la propuesta de los acreedores privados. Moscú insiste en que la deuda contraída por el país vecino es soberana y no comercial.

Las posiciones encontradas no hacen otra cosa que ensanchar el mar de profundas discrepancias, a las que se suma el tema del gas, y tensa la cuerda de la confrontación.

Tras las declaraciones de Yatseniuk, el presidente Vladimir Putin ordenó al ministerio de Finanzas presentar una demanda contra Ucrania ante el tribunal de arbitraje por el incumplimiento de pago de los bonos soberanos.

Putin catalogó de muy raro e incomprensible el comportamiento de los socios occidentales de Kiev, que dicen estar confiados de la solvencia ucraniana y rehúsan al mismo tiempo a compartir con Rusia los riesgos que implica una reestructuración.

Durante la cumbre del G-20, en Turquía, Putin propuso una prórroga del pago en el plazo de tres años a partir de 2016 a un monto de mil millones de dólares cada partida anual.

El titular de Hacienda Antón Siluanov comentó al presidente durante una reunión con el gabinete que los funcionarios europeos no estaban de acuerdo en la reestructuración de la deuda ucraniana bajo sus garantías, aunque de manera oficial la Comisión Europea sigue cauta y guarda silencio.

Según Siluanov, el titular de Finanzas de Estados Unidos estampó en una carta oficial la negativa de Washington a conceder tales garantías.

En una reciente entrevista a canales rusos el primer ministro Dmitri Medvédev expresó la impresión de que Ucrania no reembolsará los tres mil millones de dólares de la deuda soberana y tachó de pícaros a sus gobernantes.

Se niegan a devolver el dinero, pero vamos a pelear por el default crediticio y de toda la deuda ucraniana, aseveró Medvédev a periodistas rusos sobre el particular.

La junta directiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó el martes último la posibilidad de proporcionar financiamiento a un país miembro con deuda ante un acreedor oficial.

Tal medida representa un giro en la política del FMI de no tolerancia en la morosidad con prestamistas oficiales, a la par que generó confianza en las autoridades ucranianas en cuanto a su posición de fuerza frente a Rusia, y una luz de esperanza en el laberinto de la quiebra financiera.

Según la prensa ucraniana, la definición por la institución crediticia del estatus del endeudamiento ante Rusia por los tres mil millones de dólares podría afectar los pagos futuros dentro del programa de financiamiento ampliado para la república exsoviética, dependiente en extremo de la ayuda estadounidense y del FMI.

De cualquier manera, el gobierno ucraniano, amparado por el presidente Piotr Poroshenko, está dispuesto a echar la pelea para no saldar el préstamo efectuado por Moscú en diciembre de 2013, antes del golpe de Estado de febrero de 2014, en el cual participaron como coautores las actuales autoridades de Kiev.

Si Rusia entabla un juicio a Ucrania estamos listos a litigar. Estamos armados, espetó Yatseniuk.

La falta de acuerdos y posiciones de fuerza sin duda ahondarán las tensiones entre los dos países, aliados cercanos en el pasado reciente con una interdependencia en muchas áreas, pero en particular la económica y comercial, con una sombra a la integración regional.

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