domingo, 27 de diciembre de 2015

Pocas esperanzas en 2016 de un gran repunte económico mundial


LONDRES.- La economía mundial podría experimentar en 2016 otro año como 2015, en el que el modesto crecimiento de las economías desarrolladas compensará la persistente debilidad en otras regiones, pero generando poca inflación y manteniendo unos tipos de interés bajos.

El anticipado aumento del coste del endeudamiento en Estados Unidos, hasta entonces a tipo de interés cero, fue una muestra de confianza en la mayor economía del mundo, pero China aún se encuentra con dificultades para lanzarse a un recorte de tipos.
Aunque algunos países, como Brasil, tienen problemas de inflación, principalmente de cosecha propia, la primera subida de tipos de la Fed después de la crisis difícilmente puede ser la cura para los males económicos que afligen al resto del mundo.
En un momento en el que los tipos de cambio dominan el debate sobre las políticas económicas en muchos países, lo que ocurra con el dólar será de importancia para muchos.
"La pregunta clave es si la economía de Estados Unidos tiene finalmente la suficiente solidez no solo para sostener su propia recuperación, sino también para impulsar el comercio mundial y el crecimiento global de manera que permita que cedan las presiones deflacionarias externas que pesan sobre la inflación de Estados Unidos", apuntaron los economistas de HSBC Janet Henry y James Pomeroy.
Junto con un descenso brusco en el volumen de las transacciones comerciales mundiales y una caída continua de los precios de las materias primas, el alza del dólar este año ha dejado el crecimiento industrial casi estancado, lo que frena las presiones inflacionistas procedentes del exterior.
El otro extremo, de acuerdo con HSBC, es que Estados Unidos "gracias a un dólar fuerte, simplemente se convertirá en una nueva víctima de la cadena de transmisión deflacionaria que ha afectado a la economía mundial desde hace una década, y acabe siguiendo el paso de los demás bancos centrales de los países desarrollados, que elevaron los tipos pero pronto descubrieron que tenían que cambiar de rumbo".
"Es probable que el resultado esté en algún lugar a medio camino".
Un sondeo entre 120 economistas pronostica que la Fed podría subir tipos de nuevo en marzo, pero probablemente no continúe subiéndolos tan rápido el próximo año como han sugerido los responsables de política monetaria.
Otras encuestas recientes en las que se consultó a cientos de analistas de todo el mundo no ofrecen esperanza de que se produzca un repunte de la inflación, ni siquiera en Estados Unidos, donde el banco central dice que es razonablemente seguro que esto suceda. Incluso las previsiones de inflación subyacente más optimistas no están muy por encima del 2 por ciento.
Las encuestas apuntan a un crecimiento global medio de solo el 3,4 por ciento el próximo año, con escasas posibilidades de tocar el 4 por ciento debido a la desaceleración en China y las lúgubres perspectivas que rodean a los mercados emergentes.
Tampoco es fácil encontrar analistas que esperen una debilidad general del dólar, y entre las opiniones más extremas algunos creen que el euro podría incluso caer por debajo de la paridad.
El renminbi chino, ahora una moneda de reserva, ha caído en todas las sesiones de las últimas dos semanas, y muchos anticipan una mayor devaluación por parte de las autoridades chinas con la intención de estimular la endeudada economía.
Las perspectivas de crecimiento e inflación de Estados Unidos son más sombrías de lo previsto hace un año, incluso después de una fuerte caída en el desempleo. La inflación de salarios se ha recuperado, pero por menos de lo que muchos habían pensado.
Los índices bursátiles de Wall Street se sitúan cerca de sus niveles de hace un año, frustrando las predicciones de un aumento sólido en el 2015, y los analistas aún siguen esperando que suban a pesar de la presión a la baja sobre los beneficios.
Durante el año pasado, los gestores de fondos globales han reducido sus recomendaciones para participaciones en renta variable hasta cerca de su nivel más bajo desde la crisis financiera, pese a que subieron las de participaciones en bonos.
Las rentabilidades de los títulos del Tesoro estadounidense no están muy lejos de donde estaban hace un año tampoco, pero también se espera que suban, como viene siendo el pronóstico durante muchos años, aunque este año menos de lo que se podría esperar.
Desde que los precios del crudo empezaron a caer drásticamente hace 18 meses desde un nivel superior a los 100 dólares por barril hasta por debajo de 40 dólares ahora, el número de analistas que predicen un repunte se ha reducido.
Algunos consideran que ahora un nivel de 20 dólares es más probable que un movimiento notable al alza.
Pero hay algunos elementos que invitan al optimismo.
Con el apoyo del plan de compras de bonos del Banco Central Europeo (60.000 millones de euros al mes), la zona euro está finalmente generando un crecimiento modesto y el desempleo ha comenzado a caer.
La inflación se mantiene muy por debajo del objetivo, sin embargo, y el estímulo del BCE, incluida la tasa negativa de depósitos, permanecerá en vigor durante todo el próximo año.
Esto hace que el bloque comercial más grande del mundo - y la mayoría del resto de bancos centrales - estén en una trayectoria política opuesta a la Reserva Federal.
Asimismo, algunas economías de mercados emergentes están mostrando una evolución mejor.
Se pronostica que India crezca a un ritmo decente, respaldado por recortes de tipos a principios de este año durante una ventana de baja inflación. Y el optimismo sobre México ha crecido, ya que comienza lentamente a sacar partido a una reciente reforma histórica en el sector energético.
Pero es mucho lo que puede ir mal. Los precios de los alimentos han impulsado la inflación de Brasil por encima del 10 por ciento durante una recesión profunda y podrían subir aún más.
"Como si predecir los tipos de cambio y de interés no fuera ya suficientemente difícil, puede estar en camino un fuerte fenómeno de El Niño", advirtió Alberto Ades, director de estrategia de renta fija para mercados globales emergentes de BofA-ML.
"Así que los economistas y los inversores tendrán que mantener un ojo en el tiempo, también."

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