LISBOA.- El primer ministro
luso, el socialista António Costa, calificó hoy el 2015 como el "año del
cambio" para Portugal y se mostró convencido de que el país tiene
motivos para tener "esperanza" en un futuro mejor.
En su primer discurso de Navidad como jefe del Gobierno -asumió el
cargo hace casi un mes-, Costa dijo estar confiado en que en 2016 será
posible "pasar la página de la austeridad, colocar a Portugal en el
camino del crecimiento y quebrar el ciclo de empobrecimiento".
El primer ministro envió un mensaje de claro optimismo a la sociedad
lusa después de "un año muy exigente para todos, en el que todavía se
impuso a las familias enormes sacrificios".
Durante su intervención, televisada para todo el país en horario de
máxima audiencia, hizo referencia de forma velada a la alianza firmada
por su partido, el socialista, con el resto de fuerzas de izquierda para
lograr finalmente llegar al Ejecutivo.
"Como quedó probado por los acontecimientos recientes en nuestra
democracia, tenemos la confianza de que a través del diálogo, la
transparencia y el compromiso, alcanzaremos una plataforma común que dé
respuesta a las necesidades del país con vistas al relanzamiento de la
economía y la generación de empleo", argumentó.
El pacto entre socialistas, marxistas y comunistas supone un hito
desde la llegada de la democracia a Portugal, hace ya más de cuatro
décadas, aunque no incluyó su incorporación al Gobierno.
Costa defendió que en estas primeras semanas en funciones, el
Ejecutivo ya dio los primeros pasos al aprobar medidas dirigidas a
devolver rendimientos a las familias e insistió en que una de las claves
es que el crecimiento conlleve "más igualdad".
Explicó, asimismo, que el futuro del país pasa por "una modernización
que se asienta en la inversión en cultura, ciencia e investigación",
aunque sin por ello olvidar "la consolidación de las finanzas públicas",
a través de la que pretende "reducir el déficit y la deuda pública".
El primer ministro también aprovechó el discurso para dar la
bienvenida a los extranjeros que llegan al país, desde turistas hasta
estudiantes e incluso a los refugiados recién recibidos por Portugal y
que escapan del conflicto en Siria.
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