WASHINGTON.- La apreciación del
dólar se ha tornado en una preocupación en EEUU, tanto para los
exportadores como para la Reserva Federal (Fed), dadas las perspectivas
de que la tendencia continúe con una inminente alza de tipos de interés
en el país y con Japón y la eurozona apretando el acelerador del
estímulo monetario.
La propia presidenta de la Fed, Janet Yellen, reconoció los efectos
de esta "substancial apreciación" en su comparecencia esta semana ante
el comité económico del Congreso de EEUU.
"Es algo que nos hace ser más cautos a la hora de elevar los tipos de
interés", dijo Yellen a los legisladores, ante quienes defendió que la
mejoría de la economía estadounidense apunta, cercana al pleno empleo,
hacia la inminencia del alza en el precio del dinero.
El dólar se ha apreciado casi un 20 % frente una cesta con las
monedas de los principales socios comerciales de EEUU desde 2014, y en
lo que va de 2015 se ha revalorizado cerca de un 10 %.
Hace un año, el euro cotizaba por encima de los 1,20 dólares, mientras que ahora está apenas en los 1,08 dólares.
Como causa, los analistas sitúan la debilidad de la economía global y
la divergencia en las políticas monetarias en los países avanzados.
Si la Fed parece lista para elevar por primera vez en casi una década
los tipos de interés, que llevan entre el 0 % y el 0,25 % desde 2008,
tanto el Banco Central Europeo (BCE) como el Banco de Japón están
inmersos en una expansión monetaria, con multimillonarias inyecciones de
liquidez mediante compra de bonos.
Precisamente esta semana, el presidente del BCE, Mario Draghi,
aumentó el estímulo monetario con un recorte de los tipos de interés de
diez puntos básicos y una prolongación del programa de compra de bonos
de 60.000 millones de euros al mes por seis meses más, hasta marzo de
2017.
Obviamente, el sector exportador de EEUU es el más afectado, al ver cómo se encarecen sus productos en el extranjero.
El último dato del déficit comercial de Estados Unidos
correspondiente a octubre mostró un alza del 3,4 %, con las
exportaciones en el nivel más bajo en más de tres años.
De hecho, las exportaciones han descendido un 4,3 % en los diez primeros meses de 2015, comparado con el mismo periodo de 2014.
Sin embargo, algunos expertos matizan los efectos negativos de esta
apreciación del dólar y apuntan también a consecuencias positivas, si se
analiza desde una perspectiva global.
En este sentido, Jan Hatzius, economista jefe del banco de inversión
Goldman Sachs consideró, en una nota a los clientes, esta fortaleza como
un "hecho saludable en gran parte" para la economía mundial, ya que
trasladará la demanda de EEUU hacia otros países donde el crecimiento es
más débil.
Igualmente evaluó la situación Jim Glassman, economista jefe de Chase
JP Morgan, quien agregó que el fuerte dólar había contribuido a la
bajada del precio del petróleo y beneficiado a los consumidores
estadounidenses, que pagan menos por el combustible, ya que el crudo se
comercializa mayoritariamente en la moneda estadounidense.
"Al final, las fuerzas detrás del auge del dólar deberían beneficiar a
la economía estadounidense. Una mayor demanda en el extranjero
probablemente aumentará las perspectivas para los exportadores de EEUU,
aunque sea con un tipo de cambio menos favorable", explicó Glassman en
una nota.
El inicio del ajuste monetario en EEUU se espera que se produzca en
la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), órgano de la
Fed que dirige la política monetaria, que se celebrará el 15 y 16 de
diciembre.
Los mercados apuestan en un 75 % por una subida de los tipos de
interés de 25 puntos básicos en dos semanas, lo que añadiría más presión
sobre el dólar.
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