miércoles, 9 de diciembre de 2015

La leve subida del IPC de noviembre no aleja los fantasmas de la deflación en China

PEKÍN.- El índice de precios al consumo aumentó en noviembre en China un 1,5 % con respecto al mismo mes del año anterior, sólo dos décimas más que las cifras de octubre, por lo que persiste en la segunda economía mundial el temor a una espiral deflacionaria que agrave su ralentización.

Según las cifras publicadas hoy por el Buró Nacional de Estadísticas (BNE), los precios de la cesta básica experimentaron subidas superiores a las esperadas por los observadores en el undécimo mes del año, a causa sobre todo de las alzas en el precio de alimentos como los vegetales (9,4 %) o la carne (6,2 %).
Las heladas y nevadas en la mitad norte afectaron a los precios de estos alimentos, analizó el experto del BNE Yu Qiumei, quien subrayó en todo caso la "estabilidad" del mercado de consumo en China.
No todos los precios de los alimentos mostraron igual comportamiento (los huevos bajaron un 13,6 % interanual, por ejemplo), por lo que la subida general del sector alcanzó el 2,3 %.
También destacó el aumento del 2,6 % en los gastos médicos, el del 2,2 % en vestido y el del 1,2 % en los productos del sector de entretenimiento, siempre en cifras interanuales facilitadas por el BNE.
En contrapartida, los precios en el sector de comunicación y transporte se redujeron un 2,6 %, lastrados sobre todo por la bajada media de un 12,4 % en los combustibles, por el bajo precio del crudo y otras materias primas en el mercado internacional.
Según el analista Jing Li, del banco HSBC, las cifras de noviembre sugieren que "las presiones deflacionarias subyacentes siguen siendo fuertes" y podrían agudizarse en 2016 en un contexto de creciente ralentización de la economía china que corre riesgos de ir hacia una "espiral en descenso".
Ante ello, el experto en China de la institución financiera londinense aconseja "una política más agresiva de estímulo" como factor clave para estabilizar el crecimiento, y prevé que Pekín hará caso a estas recomendaciones con bajadas de en torno a 50 puntos básicos en los tipos de interés y aumentando el déficit fiscal.
El BNE también facilitó hoy las variaciones de precios en el sector mayorista, éstas sí claramente en un periodo deflacionario con 45 meses consecutivos de caídas, que en noviembre fueron del 5,9 % interanual.
Yu Qiumei destacó en concreto la bajada interanual del 3,2 % en los precios del sector metalúrgico, del 1,7 % en los minerales no ferrosos y del 1,1 % en los ferrosos, todo ello resultado de la baja demanda industrial, una de las principales causas de la ralentización económica china.
El Gobierno chino se ha fijado para este ejercicio que la inflación no supere a finales de año el 3 %, como parte de los esfuerzos por lograr que el PIB nacional consiga un crecimiento interanual de en torno al 7 %.
Pekín sostiene que la ralentización en muchos de sus indicadores macroeconómicos en los últimos años es resultado del cambio de modelo de crecimiento (de uno basado en las exportaciones a otro más propio de naciones desarrolladas, movido por el consumo interno), algo que denomina "nueva normalidad" para intentar calmar a los mercados.
Éstos, sin embargo, continúan viendo con preocupación la evolución de la economía de la potencia oriental, algo que no han contribuido a aliviar este año los vaivenes de las bolsas del gigante asiático o la sorpresiva devaluación del yuan que el Banco Popular de China (central) llevó a cabo en agosto.

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