NAIROBI.- La décima reunión
ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que comenzó
hoy en Nairobi, puede convertirse en una cita histórica que transforme
para siempre la naturaleza de este organismo multilateral.
Las deliberaciones iniciadas en la capital keniana, cuando la
institución cumple veinte años de historia, abren dos caminos
divergentes: avanzar en el proceso de liberalización iniciado en la
Ronda de Doha en 2001 o admitir que la OMC no funciona como herramienta
de negociación.
En este contexto dual, los dirigentes africanos aprovecharon la
insólita presencia en su continente de 4.000 delegados de los 162 países
que integran la organización para reivindicar un acuerdo comercial
global.
"Celebrar este encuentro en África es una oportunidad para subrayar
el gran potencial de este continente y el liderazgo de los países menos
desarrollados", resaltó el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, durante
la inauguración de la cumbre.
Kenyatta abanderó así el grupo de los denominados Países Menos
Desarrollados (PMD) de la OMC, copado por economías subsaharianas que
apenas representan el 2 % del comercio mundial y que durante estos días
pelearán acuerdos para desbloquear su acceso al mercado global.
Una de las mayores barreras que estos Estados intentarán derribar es
la de los subsidios agrarios que conceden algunas economías
desarrolladas y ponen freno a sus exportaciones.
"Los agricultores africanos, sencillamente, no pueden competir contra
los elevados subsidios que reciben los agricultores de los países
desarrollados", manifestó el presidente de Kenia.
Los Estados africanos, la India y China entienden que las ayudas a la
exportación que Estados Unidos, la Unión Europea, Noruega y Suiza
entregan a sus agricultores les dejan en peores condiciones para
competir en el mercado mundial.
Llamada a eliminar estas "distorsiones", la Ronda de Doha podría
sucumbir en la conferencia de Nairobi si los países desarrollados y los
menos aventajados no logran aproximar sus posturas.
"Si no encontramos un acuerdo veremos un cambio, porque los miembros
estarán diciendo de forma colectiva que la función negociadora de la OMC
está rota", según la presidenta de esta reunión ministerial, Amina
Mohammed.
La también titular de Exteriores keniana auguraba, en el primer acto
de este encuentro negociador, que la institución corre el riesgo de
perder su alma multilateral, si no es capaz de reanimar el flemático
pulso de la organización, que solo ha alcanzado un acuerdo de calado en
18 años, en la cumbre de Bali de 2013.
Kenyatta y otros líderes africanos instaron a seguir la exitosa
estela de acuerdos multilaterales alcanzados en los últimos meses, desde
las conferencias de Adis Abeba y Nueva York para definir la nueva
agenda de desarrollo sostenible hasta la Cumbre del Cambio Climático
(COP21) celebrada recientemente en París.
No en vano, para el secretario general del Organismo de Naciones
Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Mukhisa Kituyi, la
cita de París ha marcado el "renacimiento del multilateralismo".
En este mismo sentido, el director de la OMC, Roberto Acevêdo, llamó a
recoger el testigo del hito sobre el clima para llegar "más alto, más
lejos", y pidió a los miembros de la organización que se preparen para
ser "flexibles" en sus negociaciones.
Acevêdo reconoció que los países de la OMC han perdido el hábito de negociar y de dar respuesta a sus problemas.
"Si salimos de Nairobi con una renovada confianza y visión para el
futuro, será un gran acuerdo", subrayó el titular de la organización.
Pero la presidenta de la conferencia avanza un cambio más profundo, que incluso afectará a la propia naturaleza de la OMC.
"Si tenemos éxito, cambiará porque tendremos una organización
revitalizada". De lo contrario, añadió, "necesitaremos arreglarla y
encontrar una nueva forma de negociar".
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