lunes, 21 de diciembre de 2015

La parálisis política, principal riesgo para la recuperación española tras las elecciones generales

MADRID.- El abierto resultado de las elecciones generales celebradas el domingo en España, que dejaron un Congreso fragmentado y la formación de un nuevo Gobierno en el aire, llevó este lunes a numerosos analistas financieros a resumir la nueva etapa política que se abre en el país con una palabra: incertidumbre.

El Partido Popular de Mariano Rajoy fue el más votado pero quedó muy lejos de repetir su mayoría absoluta, y dado que los partidos de izquierda tampoco recibieron un claro mandato de gobierno, el resultado sembró dudas sobre las reformas económicas que han ayudado al país a salir de la recesión.
"Un período prolongado de incertidumbre política podría afectar a la confianza de los consumidores y los inversores y empezar a pesar sobre la recuperación española", dijo Fabio Balboni, economista europeo del HSBC.
La hipotética combinación de los diputados del PP (123) con el partido de centro Ciudadanos (40), alianza preferida por los mercados, quedó frustrada al quedarse la suma en 163 representantes, muy lejos de la mayoría absoluta de 176 escaños en una cámara de 350.
La opción de una "gran coalición" de PP y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fuerte numéricamente al alcanzar 213 escaños, no tiene precedentes en el país y es políticamente poco probable por la tradicional rivalidad entre ambos partidos.
La parálisis e ingobernabilidad que dominará la política española las próximas semanas, que incluso podría desembocar en nuevas elecciones si los partidos no son capaces de negociar la investidura de ningún candidato, podría, según los analistas, acabar erosionando las buenas perspectivas de crecimiento de España, de un 3,3 por ciento este año y un 3,0 por ciento el que viene.
"Prevemos que los mercados de deuda y de acciones reaccionen de forma desfavorable", dijo Bosco Ojeda, analista de UBS, quien advirtió de que la inestabilidad no estaba descontada y podría haber marcha atrás en reformas y un menor control presupuestario.
"El resultado más probable parece ser unas elecciones anticipadas a corto o medio plazo. Aún así, una nueva ronda electoral no garantiza necesariamente una solución", dijo por su parte Deutsche Bank en un análisis sobre la cita electoral del domingo, señalando que un 'impasse' político podría ser costoso para el país.
El Ibex-35 perdía el lunes más de un dos por ciento y la rentabilidad del bono español a 10 años saltó 18 puntos básicos, al 1,89 por ciento, su mayor nivel en un mes, aunque UBS consideró que a medio-lago plazo podría ser una oportunidad de compra.
El hecho de que el Gobierno del PP dejara aprobados los presupuestos de 2016 y el colchón que ofrece el programa de compra de bonos del BCE da cierto margen para aclarar el panorama político español, así como unos tipos de interés bajos y un crudo barato.
"La buena noticia es que la economía española está mejor posicionada para resistir un período de inestabilidad política que Grecia y Portugal", dijo Jonathan Loynes, economista jefe europeo de Capital Economics, que definió el resultado electoral como otro revés a la austeridad.
En cualquier caso, España tiene una elevada deuda que roza el 100 por cien de su PIB y mucha dependencia de capital exterior, por lo que cualquier freno en unas reformas aún necesarias o cualquier giro a la izquierda será seguido muy de cerca por los mercados.
"Aunque Podemos ha moderado algunos de sus planteamientos sobre reforma del mercado laboral y de las pensiones con respecto a principios de año, los mercados también podrían reaccionar negativamente a una posible inclusión del partido en un nuevo Gobierno", dijo el analista de HSBC.
La irrupción en el Congreso del partido antiausteridad Podemos con 69 diputados y los 90 escaños logrados por el PSOE abren la perspectiva de una alianza por la izquierda, aunque esta combinación parece difícil por los cambios constitucionales que exige Podemos.
Además, seguiría necesitando más apoyos externos de partidos independentistas catalanes al quedarse corta de una mayoría, lo que dificulta cualquier negociación.
El hecho de que el PP mantenga su mayoría absoluta en el Senado, complica aún más la situación, ya que podría bloquear cualquier cambio constitucional y retrasar otras reformas.

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