LONDRES.- Los precios de los bonos
españoles están ocultando el verdadero coste del riesgo político. El
resultado incierto de las elecciones generales del 20 de diciembre
parece haber irritado a poco a los mercados de bonos. No obstante, las
bolsas han dado una advertencia que vale la pena tener en cuenta.
No está nada claro quién gobernará España después de
que el Partido Popular que hasta ahora tenía mayoría absoluta se quedara
muy lejos de repetir resultado. La rentabilidad de los bonos españoles a
10 años subió en 0,1 puntos porcentuales en los dos días posteriores a
los comicios. Pero la prima de riesgo respecto a la deuda alemana el 22
de diciembre sólo había subido 0,05 puntos porcentuales, al 1,2 por
ciento, un niivel inferior al de finales de noviembre. Las bolsas han
tenido un peor trago. Bancos como Caixabank cayeron un 8 por ciento. Las
acciones de Endesa bajaron un 4,3 por ciento.
No sólo en España los inversores de bonos están
ingnorando los riesgos políticos. La prima de riesgo de Portugal saltó
un 0,45 puntos porcentuales tras sus elecciones inconclusas, pero desde
entonces ha caído y ahora está más baja que a principios de enero, al
contrario que en Italia en 2013, cuando un impasse electoral trajo una
subida de la prima de riesgo de tres puntos porcentuales.
Puede haber una explicación racional. Los inversores de
bonos podrían esperar que las normas presupuestarias europeas mantengan
los déficit de los gobiernos a raya. La economía de España también está
creciendo bastante para los estándares europeos. También existe una
razón menos reconfortante: los precios de los bonos están muy influidos
por el programa de compra de bonos del Banco Central Europeo.
Aun así los accionistas -especialmente de bancos y
eléctricas- están directamente expuestos si se adoptan políticas
populistas. Los inversores, ante una mayor incertidumbre demandarán un
mayor retorno, lo que a su vez afectará a las valoraciones.
Analistas de Kepler Cheuvreux subieron su estimación
del coste medio ponderado de capital de energéticas españoles en un
punto porcentual. Todas las empresas, no solo las energéticas, podrían
posponer sus inversiones y contratación debido a la incertidumbre o si
piensan que una coalición de izquierdas podrían dar marcha atrás a
reformas, dañando su confianza.
Mientras, los ratios de deuda del Gobierno son muy
altos. Citigroup espera que el endeudamiento de España baje al 96 por
ciento del PIB para 2020 desde el 100 por 100 en 2015. Pero ese
escenario asume una recuperación estable y un déficit cada vez menor. El
estancamiento político no ayudará. Los mercados de bonos parecen
complacientes.
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