SAN JUAN.- El gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, pidió
hoy en tono dramático al Congreso de EE.UU. que le dé a la isla
mecanismos legales para reestructurar su deuda, de lo contrario
Washington deberá afrontar una crisis humanitaria en su propio
territorio.
"Si el Congreso no responde le saldrá muy caro", dijo García Padilla
en una conferencia de prensa en Washington, adonde viajó en compañía de
un grupo de legisladores de su partido y de la oposición para convencer a
los congresistas de que se permita a la isla acogerse al capítulo 9 de
la Ley de Quiebras federal.
Puerto Rico afronta una difícil situación financiera, ante lo cual el
gobernador García Padilla ha solicitado que el territorio caribeño
pueda acogerse a la ley de Quiebras de Estados Unidos.
La isla es un Estado Libre Asociado a EE.UU. pero no puede acogerse a
la Ley federal de Quiebras, ya que dicha norma no considera a la isla
como un estado más de la nación norteamericana, y, adicionalmente, la
Justicia federal ha visto inconstitucional la norma que el Gobierno
local aprobó para establecer su propio mecanismo de bancarrota.
"Esto es una crisis real, no una broma", dijo el jefe del Ejecutivo,
después de asegurar que tras meses de malabarismos financieros llegó el
momento en el que no hay más dinero, ni para pagar a los acreedores de
la asfixiante deuda de cerca de 72.000 millones de dólares ni para
financiar los servicios públicos básicos.
García Padilla subrayó que se acabó el tiempo y que se trata ya no de
cumplir con los acreedores, si no de poder mantener operativo el
Gobierno y los servicios más básicos que se prestan a los ciudadanos.
Incluso, apeló al patriotismo de los puertorriqueños y a la sangre
derramada por los ciudadanos de la isla caribeña en los conflictos
bélicos que ha mantenido EE.UU. desde la II Guerra Mundial, lo que a su
juicio merece ahora un gesto del Congreso en la forma de legislación que
permita reestructurar la deuda de forma ordenada.
En cuanto a qué pasará si el Congreso estadounidense no toma medidas e
ignora la petición del Ejecutivo de San Juan, aseguró estar dispuesto a
emplear el poco dinero disponible en proveer los servicios necesarios a
la población.
"Si el 1 de enero tengo que decidir entre pagar a la nómina a los
funcionarios o a los acreedores elegiré a los puertorriqueños, porque
ellos son los que me han elegido", aseguró con firmeza.
Subrayó que la falta de liquidez del Gobierno ha llegado a un punto
en que será imposible asegurar los servicios más fundamentales de
seguridad, educación y salud, un problema que ha llegado a la población y
que merece una respuesta inmediata del Congreso, permitiendo que Puerto
Rico se acoja a la Ley de Quiebras federal.
El gobernador dijo que también Washington debe, de una vez, permitir
que los puertorriqueños reciban el mismo trato en los planes de salud
públicos, ya que pagan lo mismo que el resto de estadounidenses para
recibir menos a cambio.
Concluyó señalando que si no hay una herramienta legal en caso de
impago el resultado de la negociación será perjudicial para todas las
partes.
El presidente de la Cámara de Representantes de Puerto Rico, Jaime
Perelló, que acompañó a García Padilla, añadió que el Legislativo local
ha hecho ya todo lo posible y que si el Congreso estadounidense no da
una solución la economía de la isla caribeña retrocederá tres décadas.
La presencia de García Padilla hoy en Washington sigue a varias
intervenciones en las últimas semanas en la capital estadounidense en
vistas organizadas por el Congreso para conocer de primera mano la
crisis por la que atraviesa Puerto Rico.
El pasado 1 de diciembre el Gobierno hizo frente a un vencimiento de
deuda de 340 millones de dólares, posible gracias a que se sustrajeron
fondos de corporaciones públicas, en lo que analistas interpretaron como
un gesto hacia el Congreso de EE.UU. con el objetivo de que favoreciera
en contrapartida herramientas legales para reestructura la deuda de la
isla.
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