lunes, 21 de diciembre de 2015

Rusia considera inaceptable el vinculo de las sanciones de la UE con el conflicto ucraniano

MOSCÚ.- Rusia catalogó hoy de inaceptable, ilógico y artificial el vínculo de las sanciones impuestas por la Unión Europea (UE) con una solución del conflicto en el sureste de Ucrania, cuando este país euroasiático no forma parte de la crisis.

El ministerio de Asuntos Exteriores emitió una nota en la que deplora la resolución de la UE de prolongar el régimen de sanciones hasta el 31 de julio de 2016, por "una solución que no depende de Rusia, pero en la que está implicado el bloque", sostiene.

Insiste la Cancillería en que la decisión de Bruselas carece de lógica, es artificial e infundada y deplora que la UE prefiera continuar el juego de las sanciones, en un lugar de restituir una cooperación constructiva en los retos clave de la actualidad, como la lucha contra el terrorismo internacional.

El Consejo de representantes permanentes de la UE decidió el viernes último extender la política punitiva respecto a Moscú, con el alegado argumento en los temas que están pendientes por cumplirse en los acuerdos de Minsk sobre Ucrania para zanjar el conflicto con el Donbass.

Rusia reitera que no es parte de esa crisis, originada tras el golpe de Estado de febrero de 2014 en Kiev por la entonces oposición, ahora en el poder, con el respaldo de Estados Unidos y Europa. El procedimiento técnico de prórroga del paquete de restricciones entra en vigor el martes, según comentó una fuente europea citada por Ria Novosti.

Ese conflicto -afirma la Cancillería- no lo desató Rusia sino las autoridades actuales ucranianas en el intento de aplastar el desacuerdo del Donbass con el golpe de Estado.

Agrega que el punto de partida de la crisis en ese país en los dos últimos años giró en torno a la asociación con la UE, cuyo segmento económico del acuerdo entra en vigor el 1 de enero de 2016.

Indica a renglón seguido que la suposición de que las sanciones forzarían a Rusia a un cambio de enfoques de principio resulta errada y miope. Significan, más bien, que la UE sigue presa de sus cálculos propios.

Según Moscú, la situación podría cambiar si los europeos trabajan con Kiev en la dirección correcta instando a el cumplimiento de los acuerdos de Minsk, que fueron aprobados por la ONU mediante la resolución 2202 del Consejo de Seguridad.

El titular de la Duma estatal (cámara baja), Serguei Naryshkin, coincidió en que los enfoques de Bruselas hacia la Rusia actual -"patrocinados por Washington"- encajan en los cálculos estratégicos del bloque de los 28 miembros.

Subrayó Naryshkin que hablar con su país en el lenguaje de sanciones es ilógico y claramente humillante para la diplomacia europea.

Al secundar a Estados Unidos con la política antirrusa, la UE adoptó en 2014 un paquete de restricciones que comenzaron por sanciones a ciudadanos y compañías y fueron extendidas a sectores específicos de la economía rusa.

En agosto de este año, Moscú extendió otros 12 meses el embargo de alimentos a las naciones occidentales implicadas, además de Estados Unidos, la UE, a Australia, Canadá y Noruega.

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