LUXEMBURGO.- La tasa de inflación interanual se situó
en el -0,2 % en la eurozona en diciembre, con lo que el área de la
moneda común acabó 2014 en terreno negativo por primera vez en cinco
años, aumentando así la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE)
para que tome nuevas medidas.
Se trata de la primera tasa negativa desde octubre de 2009,
cuando los precios bajaron un 0,1 %, y del mayor descenso desde
septiembre de ese año, cuando la tasa estaba en el -0,3 %, según la base
de datos de la agencia comunitaria de estadística, Eurostat, que
publicó el índice adelantado de la inflación en la eurozona.
Los analistas esperaban una caída una décima menor de los precios en diciembre en la eurozona, formada en 2014 por dieciocho países.
La
tasa interanual de inflación se tiñó de rojo y aumentó el riesgo de un
escenario deflacionista después de haberse registrado en noviembre un
aumento de precios de un 0,3 %.
Un año antes, la tasa se situaba todavía en el 0,8 %, de acuerdo con Eurostat, con sede en Luxemburgo.
La
vuelta a un dato negativo por primera vez en cinco años se debió
principalmente a la caída de los precios de la energía (un 6,3 % frente
al descenso del 2,6 % en noviembre).
El precio del barril de
petróleo Brent para entrega en febrero caía hoy durante algunos minutos
en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres por debajo de
50 dólares, lo que no ocurría desde comienzos de mayo de 2009.
El
presidente del BCE, Mario Draghi, dijo el pasado día 2 en una entrevista
con el diario económico alemán Handelsblatt que el riesgo de una
deflación "no puede ser descartado completamente, pero es limitado".
El mandato del BCE es mantener las tasas interanuales de inflación debajo pero cerca del 2 % a medio plazo.
El
problema es que, con las expectativas de una caída prolongada de
precios y una merma de los salarios, los hogares de la eurozona podrían
retrasar los gastos, algo que el BCE quiere evitar.
Ahora todos
los ojos están puestos en la reunión del consejo de gobierno del BCE del
próximo día 22, no solo por la baja inflación y la presión sobre el
euro, sino también por la preocupación ante posibles repercusiones de la
crisis política y económica en Grecia.
Draghi predijo en el
Handelsblatt que los tipos de interés, que marcan mínimos históricos,
han permanecido "muy, muy bajos durante mucho tiempo y probablemente
seguirán así durante más tiempo".
El tipo de interés de referencia está actualmente en el 0,05 %,
con lo que la capacidad de maniobra de la entidad monetaria con sede en
Fráncfort (Alemania) para bajar más los intereses es prácticamente nulo
y se esperan otro tipo de medidas.
El propio Draghi ha dicho que
el BCE ya está realizando los preparativos técnicos para ello, lo que ha
sido interpretado como el anuncio de que el programa de compra de
títulos de deuda soberana puede ponerse en marcha próximamente.
La
Comisión Europea (CE) no quiso hoy entrar a valorar los próximos pasos
que pueda dar el BCE, como es habitual, pero la portavoz comunitaria
para Empleo, Crecimiento, Inversión, Unión Económica y Monetaria y el
Semestre Europeo, Annika Breidthardt, sí comentó el dato de la
inflación.
"La CE continúa pensando que la débil producción y los
débiles precios de materias primas seguirán lastrando a la baja la
inflación a corto plazo, pero a medida que la actividad económica gana
gradualmente fuerza y los salarios aumentan, la inflación debería subir
de nuevo", señaló.
El Ejecutivo comunitario quiso además subrayar
la diferencia entre deflación y una tasa de inflación global
"temporalmente negativa", porque el primer escenario requeriría "unos
niveles de bajada de precios generalizada y prolongada".
Si se excluye la energía, la inflación interanual fue del 0,6 % en diciembre, estable en relación con el mes anterior.
Si
se descuenta la energía y los alimentos no procesados, la tasa se situó
en el 0,7 %, y de no incluir la variable de la energía, los alimentos,
el alcohol y el tabaco, fue del 0,8 %, una décima más que en el mes
precedente.