MADRID.- La crisis ucraniana ha llegado a
las costas de España, donde los inversores rusos, llamados a compensar
las pérdidas inmobiliarias, son cada vez menos numerosos a causa de la
recesión en su país, consecuencia de las sanciones contra Moscú.
"En
estos momentos, los rusos no son compradores. Es más, algún ruso está
ya desprendiéndose de sus propiedades aquí, en España y, por descontado,
había operaciones que estaban a punto de cerrarse y los rusos han
desaparecido", sentencia Ramón Riera, presidente de FIABCI España, que
reúne a unos 120 especialistas del sector inmobiliario.
Las cifras
del Colegio de Registradores de España lo avalan. La adquisición de
viviendas por parte de rusos bajó del 8,79% en el primer trimestre de
2014 al 8,08% en el segundo y al 7,5% en el tercero, aunque mantuvieron
el tercer puesto en la clasificación de compradores extranjeros, por
detrás de británicos y franceses.
¿La explicación? El rublo ha
perdido casi la mitad de su valor frente al dólar en un año, a raíz de
las sanciones económicas impuestas a Rusia por su papel en el conflicto
en el este de Ucrania, donde 5.300 personas han muerto en diez meses.
Además, se prevé que el PIB ruso se derrumbe (-3%, según Moscú) en 2015, tras un crecimiento del 0,6% en 2014.
A
esto se añade que el gobierno del presidente Vladimir Putin anima ahora
a quedarse en el país y comprar en la costa del mar Negro, resume
Riera.
A raíz de la crisis
económica en España, que desde 2008 ha golpeado con especial virulencia
el sector inmobiliario, "el mercado que estaba trabajando mucha gente
era el ruso, porque era el mercado potente", explica Riera. Aunque "un
80% ha comprado cosas baratas", precisa.
El destino por excelencia
era la costa mediterránea, donde rusos adinerados llenan desde hace
varios veranos playas y restaurantes de moda. Según el Consejo General
del Notariado, el primer lugar lo ocupa la Comunidad Valenciana (2.057
viviendas adquiridas en 2013), seguida de Cataluña (989) y Andalucía
(677).
Exactamente lo mismo ocurrió con el turismo. "En los
últimos cinco o seis años, de repente fue como un desembarco" ruso,
resume Federico Alvargonzález, director comercial y de marketing de La
Gavina, un hotel de gran lujo de la Costa Brava catalana.
"El
ruso a lo mejor te da más rentabilidad que otros clientes porque te pide
las habitaciones de más categoría, gasta más en restauración, en vinos?
A lo mejor eso ha podido hacer que alguien se llamase a engaño y
pensase que esto era el nuevo El Dorado y era el cliente que había que
trabajar", explica.
La ducha de agua fría llegó en este sector en
2014, cuando el número de turistas rusos bajó un 10,3% en relación a
2013, según el ministerio de Turismo.
Y se teme "que a lo largo
del verano 2015 se produzca una reacción muy importante, no solo del
turismo que llegue aquí, sino que el turismo que venga, venga con mucho
menos poder adquisitivo", reconoce Iker Llano, director del Hotel
Pirámide Salou -en la Costa Dorada catalana-, donde los clientes rusos
suponen un 70% de ingresos.
Aunque
admiten que la situación en Rusia afecta a España, algunos expertos son
más prudentes e incluso optimistas. "A lo mejor ahora hay rusos que
tienen que vender por la situación económica. Eso le va a interesar a
otros compradores rusos o incluso a lo mejor compran los que están
fuera. Seguirá habiendo negocio", asegura Kristina Szekely, propietaria
de la agencia inmobiliaria de lujo Sotheby's International Realty, cuya
sede central está en Marbella, en la Costa del Sol.
"Hasta
el momento, no estamos notándolo", coincide Joaquín Albaladejo,
concejal de Hacienda del ayuntamiento de Torrevieja (Alicante) y
diputado provincial de Turismo de la Costa Blanca.
Torrevieja, el
municipio de España donde viven más rusos (5.300 empadronados, casi el
doble que hace diez años), debe parte del éxito a las buenas
comunicaciones entre el aeropuerto de Alicante, a unos 35
kilómetros, y Rusia, señala Albaladejo. De enero hasta noviembre de
2014, recibió a 161.765 rusos, un 31,3% más que en 2013, según Aena,
gestor del aeropuerto.
Y para superar el bache mientras se
resuelve la crisis en Ucrania, Riera recomienda centrarse en el mercado
europeo más cercano, especialmente británicos, franceses, alemanes. En
la Unión Europea, "tenemos 500 millones de clientes (potenciales); en
Rusia, son menos de 200", resume.