VIENA.- Entre los "bancos malos" que han
surgido desde la crisis mundial, el austriaco Heta Asset Resolution
destaca como un fracaso espectacular, derribado por reveses que van
desde las exigencias de la normativa contable hasta los problemas de las
economías de los Balcanes y la decisión de Suiza de dejar que se
apreciara el franco.
Las preguntas giran en torno a cómo es posible que las
cosas hayan ido tan mal tan rápidamente en Heta, fundado el año pasado a
partir de la entidad crediticia Hypo Alpe Adria, cuya desaparición ya
ha causado el peor escándalo financiero de Austria tras la guerra
mundial.
Ahora Heta ha revelado un agujero de capital de 7.600
millones de euros, por lo que los supervisores tomaron el control esta
semana y suspendieron sus pagos de deuda.
Otros bancos malos, como en Irlanda, se han hecho con
activos de entidades crediticias con problemas en precios basados en
los peores escenarios y los han vendido después a precios más altos.
Pero en el caso de Heta, que posee los activos de una entidad crediticia
en lugar de varias como en Irlanda o España, el peor escenario ha
resultado lamentablemente optimista.
Los contribuyentes austriacos ya han entregado 5.500
millones de euros en ayudas a Hypo Alpe Adria. Aún así, la noticia de
que una auditoría concluyó que el balance de Heta estaba sobrevalorado
en casi un 50 por ciento ha conmocionado a la nación, aunque esta vez
serán los inversores quienes paguen el plato.
Después de años de dar patadas hacia delante, Austria
finalmente echó el cierre de un banco con problemas letales que ha
gozado de avales de la provincia donde nació, Carintia, base del
agitador derechista Jörg Haider, que murió en un accidente de coche
justo cuando la crisis mundial entraba en erupción, a finales de 2008.
El partido en la oposición Neos quiere que los fiscales
investiguen la debacle del banco, pero los supervisores restan
importancia a la posibilidad de que Hypo alterara sus libros para
ocultar pérdidas.
"No tenemos ninguna indicación hasta el momento de que
se falsificara el balance. Si lo hiciéramos tendríamos que investigar",
dijo a periodistas Klaus Kumpfmueller, codirector del organismo de
supervisión financiera FMA.
Kumpfmueller reconoció que a la FMA también le había
sorprendido el tamaño de los ajustes, que van mucho más allá de las
estimaciones realizadas hace un año de que los amortizaciones por una
valoración a la baja en el peor de los casos no superarían los 4.000
millones de euros.
Este regulador atribuyó las rebajas en la valoración a
las consecuencias contables de la reclasificación del negocio como
inviable, y a una perspectiva significativamente peor para las economías
de los Balcanes, donde operaba el banco.
A todo esto se sumó la desorbitada subida en el valor
del franco después que el Banco Nacional de Suiza eliminara la
vinculación con el euro a principios de este año, una medida que restó
al banco cientos de millones de euros, dijo.
Desde la década de 1990, los compradores de vivienda en
todo el este de Europa y Austria sacaron hipotecas multidivisas en
francos debido a sus menores tipos de interés. Sin embargo, la moneda
suiza ha experimentado un repunte del 12 por ciento frente al euro desde
mediados de enero, obligando a los bancos como Hypo a aumentar las
provisiones para afrontar las insolvencias de muchos hipotecados que no
puedan pagar sus deudas.
Ernst & Young, auditores de Hypo/Heta, no quiso hacer comentarios alegando motivos de confidencialidad.
Desde que Hans Jörg Schelling se convirtiera en
ministro de Finanzas el año pasado, Austria ha comenzado finalmente a
abordar el legado de Hypo, que ha hinchado la deuda estatal y el
déficit, ha provocado una parlamentaria investigación y ha agriado las
relaciones con el vecino Estado alemán de Baviera, propietario del banco
hasta 2009.
Schelling rechazó calificar la contabilidad de Hypo como poco profesional.
"Para mí, como nuevo ministro de Finanzas era una
cuestión de conseguir claridad y tener datos y cifras sobre la mesa que
fueran lo más limpias posibles para poder tomar decisiones", dijo.
"Ahora las tenemos (las cifras) y aunque los números
sean dramáticos estoy feliz de que los hechos y las cifras estén sobre
la mesa y nadie trata de volver a la zona cubierta por la niebla", dijo a
la radio ORF.
"Niebla" parece un término apropiado para Hypo, cuya
ambiciosa expansión en Austria y los Balcanes lo llevó al borde de la
insolvencia antes de que el gobierno austriaco se lo comprara a la
entidad pública BayernLB.
Fundado en 1896 como Banco Hipotecario de la Provincia
de Carintia, Hypo era una entidad crediticia menor hasta que Haider,
líder del Partido de la Libertad que gobernó la provincia, lo convirtió
en una potencia regional.
Aprovechando los avales de la provincia de Carintia que
reducían los costes de endeudamiento del Hypo, el banco incrementó su
balance desde los 5.400 millones de euros en 2000 hasta 43.300 millones
en 2008. La expansión continuó después de que BayernLB se
hiciera con el control en 2007.
Hypo prestó dinero a una compañía aérea que fue a la
quiebra y ayudó al gobierno de Haider a construir un grandioso escenario
en un lago de Klagenfurt, capital de la provincia, mientras crecía
extendía sus tentáculos por los Balcanes.
El ex presidente ejecutivo Wolfgang Kulterer y otros
altos directivos han sido condenados por malversar fondos mediante la
financiación la malograda aerolínea, prestar dinero a inversores para
una venta de acciones y encubrir pérdidas.
Los errores de gestión ayudan a entender por qué Hypo
acabó con cerca de 1.700 millones de euros en ajustes de valoración y
provisiones contra insolvencias que amenazaban su supervivencia en el
momento del rescate, en 2009.
Tenía yates como garantía, pero desconocía cuáles eran
los préstamos que garantizaban. No pudo embargar un edificio de oficinas
en Belgrado a un moroso porque el promotor era aún el propietario de
las calles de acceso al mismo, lo que lo hacía inaccesible para Hypo,
según un banquero cercano al banco.
Anotó provisiones para insolvencias y riesgos por 1.660
millones de euros en 2013, cuando perdió 1.900 millones. Perdió otros
1.670 millones en el primer semestre de 2014 tras provisionar 1.440
millones. Su balance se redujo a 25.000 millones.
Kumpfmueller dijo que no podía descartar perspectivas
que Hypo las cuentas hubieran recibido un barniz positivo en el pasado, y
una fuente cercana al proceso habla de una cultura en la entidad que
llevaba a ocultar ajustes abultados en el valor para no enojar a los
propietarios estatales.
Una comisión de expertos dijo en diciembre que la
gestión austriaca fue una chapuza. Los supervisores y auditores o bien
miraron para otro lado o no actuaron con decisión para evitar el
desastre.
El parlamento austriaco inició una investigación el mes pasado para depurar responsabilidades.