BRUSELAS.- Grecia se impuso este jueves como
tema dominante en la cumbre europea, durante la cual el primer ministro
Alexis Tsipras se reunirá con los principales acreedores de su país,
ante una situación que responsables del bloque consideran "peligrosa".
Oficialmente
Grecia no figura en la agenda, pero una reunión al margen entre
Tsipras, la canciller alemana, Angela Merkel; y el presidente francés,
François Hollande, los dos principales acreedores de Atenas y las dos
primeras potencias económicas del bloque, acapara la atención.
En
este encuentro, organizado por el presidente del Consejo Europeo, Donald
Tusk, participarán también el presidente de la Comisión Europea,
Jean-Claude Juncker, el presidente del Banco Central Europeo, Mario
Draghi, y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
"Esta
reunión informal no será decisiva", dijo Tusk en conferencia de prensa
subrayando que "nadie quiere un Grexit", esto es, que Grecia salga de la
zona euro. "Todos quieren evitar un accidente", dijo.
La
canciller alemana, Angela Merkel, se había pronunciado en el mismo
sentido este jueves por la mañana. Ante el Bundestag dejó claro que
"nadie puede esperarse una solución esta noche", en referencia al
encuentro previsto con Tsipras.
Grecia se encuentra en una
situación extrema. Necesita liquidez para hacer frente en las próximas
semanas a importantes vencimientos y cuenta para ello con el último
tramo de unos 7.000 millones de euros del plan de rescate acordado desde
2010 por un monto total de 240.000 millones.
En particular,
Grecia necesita en los próximos días para quedar a flote unos "2 a 3.000
millones de euros", según analistas de Berenberg. El Gobierno de
Tsipras espera el giro de ese tramo, pero sus socios de la zona euro le
piden reformas a cambio.
A fines de
febrero, Atenas y la Eurozona llegaron a un acuerdo según el cual se
consintió a Grecia negociar con sus acreedores las reformas exigidas.
Pero esta negociación parece totalmente bloqueada.
La situación de
Grecia es "peligrosa", dijo este jueves el presidente del Parlamento
Europeo, Martin Schulz. "Queda poco tiempo", añadió en declaraciones a
la radio pública alemana.
El presidente de la Comisión,
Jean-Claude Juncker, que el viernes pasado recibió a Tsipras en
Bruselas, dijo por su parte que le repetiría este jueves "lo que dije ya
en dos ocasiones: Grecia debe llevar a cabo las reformas necesarias" y
cumplir sus "compromisos".
En medio de este tenso contexto, el
Parlamento griego adoptó el miércoles con una abrumadora mayoría el
primer proyecto de ley enviado por el gobierno griego de izquierda
radical cuyo objetivo es el de asistir a los más pobres, en respuesta a
las promesas electorales realizadas en la victoriosa campaña electoral
de enero.
Su objetivo, entre otros, es socorrer a las familias
privadas de electricidad o que se enfrentan a problemas de vivienda o de
alimentación.
Esta ley provocó un nuevo cruce entre Atenas y la Comisión Europea, que fiscaliza, junto a los expertos del BCE y del Fondo Monetario Internacional, las cuentas y reformas de Grecia.
Según
informaciones de prensa un representante de la Comisión Europea habría
pedido al gobierno griego que detuviera la tramitación de la ley,
calificando la adopción de estas medidas como "unilateral" y no conforme
al acuerdo de fines de febrero.
Los
28 miembros de la UE también debatirán sobre prorrogar la vigencia de
las sanciones económicas contra Rusia adoptadas en julio tras el derribo
de un avión de línea sobre Ucrania.
Según fuentes diplomáticas,
los 28 se habrían puesto de acuerdo para prorrogar la validez de las
sanciones hasta fines de 2015, dado que algunos puntos del acuerdo de
paz de Minsk deben implementarse de manera progresiva hasta fin de año.
Así, mientras este acuerdo de paz no se aplique en su totalidad, la UE mantendría las medidas contra Rusia.
"Podemos
hablar de prorrogar las sanciones o de la manera de aumentarlas si
Rusia no está dispuesta a implementar el acuerdo de Minsk", dijo el
primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, tras reunirse con Tusk.