WASHINGTON.- El mercado del empleo en Estados Unidos, afectado por la debilidad de la economía internacional, decepcionó fuertemente en septiembre, relanzando la incertidumbre sobre un ajuste de la política monetaria del banco central estadounidense.
La
economía estadounidense creó solo 142.000 nuevos empleos el mes pasado,
mostrando una nueva caída en los sectores manufacturero y minero.
Las
cifras cayeron como un balde de agua fría sobre las expectativas de los
economistas, que preveían 205.000 contrataciones netas.
Para
ensombrecer aún más el panorama, el gobierno revisó también a la baja la
cifra del mes de agosto a 136.000 nuevos empleos, contra 173.000
estimados previamente. Desde la primavera boreal y todo a lo largo de
2014 las creaciones de empleos superaban ampliamente el nivel de 200.000
por mes.
La tasa de desempleo se mantuvo en 5,1% en septiembre, su nivel más bajo en siete años.
Pero
este buen comportamiento de la tasa de desempleo esconde otra mala
noticia: la tasa de actividad cayó a su nivel más bajo desde el segundo
shock de la crisis petrolera de 1977 (62,4%, equivalente a -0,2 punto),
precisó el gobierno.
Esta tasa de actividad, o proporción de la
población en edad de trabajar que tiene empleo o está buscando uno,
muestra que más personas renunciaron a buscar trabajo por su edad, falta
de formación o no adecuarse a los requerimientos del mercado.
El
hecho de que 350.000 personas hayan abandonado el mercado laboral ayudó
así a mantener la tasa de desempleo en su nivel más bajo desde abril de
2008.
En un comunicado, la Casa Blanca atribuyó "el menor ritmo de
creación de empleos en relación al inicio del año a la desaceleración
del crecimiento en el extranjero y las turbulencias en los mercados
financieros, que pesaron en la actividad económica".
El jueves, la
directora gerente del FMI, Christine Lagarde, había advertido que "hay
motivos para estar preocupados" sobre la economía mundial.
"La
perspectiva de un incremento de las tasas de interés en Estados Unidos y
la desaceleración en China están contribuyendo a la incertidumbre y a
una mayor volatilidad de los mercados", señaló Lagarde en un discurso en
Washington, añadiendo que algunas ganancias recientes "ahora están en
riesgo".
En cuanto a las creaciones de puestos de trabajo, las
industrias vinculadas a la energía, afectadas por la baja de los precios
del petróleo, incrementaron su pérdida de empleos netos (-10.000). Los
efectivos en este sector cayeron en 102.000 desde enero.
Las
industrias manufactureras no le van en zaga: perdieron 9.000 empleos en
septiembre, tras una baja de 22.000 en agosto, lo que refleja el impacto
de la débil demanda mundial y del fortalecimiento del dólar.
La
baja de los precios mundiales vuelve más accesibles las importaciones
mientras que el fortalecimiento del billete verde y la débil demanda
internacional disminuyen las exportaciones estadounidenses.
Estas
cifras decepcionantes del mercado laboral alejan la perspectiva de un
alza de las tasas de interés antes de fin de año por parte del banco
central (Reserva Federal, Fed).
Un incremento de las tasas
directrices, que se mantienen prácticamente en cero desde hace casi
siete años, parece excluida de la próxima reunión del Comité de política
monetaria el 28 de octubre y aleatoria en la reunión siguiente, a
mediados de diciembre.
"Aunque sigue siendo importante no
reaccionar excesivamente a la publicación de un solo dato, esta vez
vamos a hacer una excepción", comentó Paul Ashworth, economista jefe
para Estados Unidos de Capital Economics. "Las probabilidades de un alza
de las tasas por parte de la Fed este año acaban de evaporarse",
aseguró.
Ian Shepherdson, de Pantheon Macroeconomics, no cree que
haya un incremento en octubre, pero todavía "podría ser posible en
diciembre, ya que habrá otros dos informes sobre el empleo antes de esa
fecha".
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, aseguró la semana
pasada que tanto ella como la mayoría del comité monetario están a favor
de una primera alza "antes de fin de año" si no hay ninguna "sorpresa"
económica.
"Un crecimiento menor de los empleos, una tasa de
actividad menor y salarios estancados: no parece ser una receta para un
alza de las tasas", diagnostica Chris Low, economista de FTN Financial.