BOSTON.- El debate sobre si la Reserva Federal debería ajustar sus tasas de interés para desinflar los riesgos de burbujas en los mercados financieros dividió a los principales funcionarios del banco central de Estados Unidos, lo que sugiere que la controvertida idea está reapareciendo en momentos en que se prepara un histórico endurecimiento monetario.
Entregar al banco central en la práctica un tercer
mandato, además de sus objetivos formales de inflación y empleo, ha
ganando partidarios tras la crisis financiera de 2007-2009, de la que
algunos culpan a una política monetaria muy laxa que alentó la toma de
riesgos en los años previos.
En momentos en que la Fed se encamina a su primera alza
de tasas en casi una década, lo que podría ocurrir este año, una razón
para actuar pronto sería contener la acumulación de inestabilidades en
algunas zonas de los mercados financieros como los créditos apalancados,
la deuda de alto rendimiento e incluso el crédito automotor.
Hasta ahora el enfoque de la Fed ha sido usar la
regulación financiera y la supervisión de los bancos y otras empresas
del sector -las llamadas herramientas macroprudenciales- para contener
cualquier riesgo que pudiese dañar al conjunto de la economía.
La política monetaria se ha reservado para conseguir
las metas de una inflación de un 2 por ciento y el máximo de empleo
estable.
Pero los funcionarios de la Fed discuten sobre
estabilidad financiera con frecuencia en sus reuniones y esos debates ya
han influenciado las decisiones de política monetaria, según una
publicación del presidente de la Fed de Boston, Eric Rosengren.
"Hay razones para creer que la estabilidad financiera
debería ser una consideración explícita de los responsables de la
política monetaria", concluyó el estudio presentado en una conferencia
sobre el tema en la Fed de Boston, en la que participaron banqueros
centrales de distintos lugares del mundo.
Las preocupaciones por posibles burbujas en el sistema
financiero han aumentado a las puertas de que la Reserva Federal
comience a subir las tasas de interés tras siete años cerca de cero,
algo que la presidenta de la Fed, Janet Yellen, y la mayoría de sus
colegas creen que ocurrirá este año.
El vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, dijo que
puede tener que confiarse a la política monetaria responsabilidad por
estabilidad financiera, pese a que las tasas de interés son una
herramienta sin filo.
"Las limitadas herramientas para políticas
macroprudenciales (...) me llevan a concluir que puede haber ocasiones
en que se pueden discutir ajustes a la política monetaria para reducir
los riesgos a la estabilidad financiera", dijo Fischer.
La conferencia de Boston y el documento de Rosengren parecieron dividir a los funcionarios sobre el rol de las tasas de interés.
Narayana Kocherlakota, presidente de la Fed de
Minneapolis, se opuso fuertemente a sumar la estabilidad del sistema
financiero a las tareas del banco central, argumentando que hacerlo
contribuiría a la incertidumbre pública sobre las dos misiones
determinadas por ley.
La presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester,
se puso del lado de Kocherlakota, argumentando que las tasas de interés
probablemente no sean muy eficaces en contener el incremento del
apalancamiento o las dificultades para cuadrar la liquidez.
Mester advirtió de que las discusiones de política
monetaria y macroprudencial deberían seguir caminos separados para
proteger la independencia del banco central.