TOKIO.- Japón volvió a hundirse en la recesión por segunda vez en un año, en un nuevo revés para el 'abenomics', la ambiciosa estrategia de reactivación lanzada a fines de 2012 por el primer ministro japonés, el conservador Shinzo Abe.
La economía de Japón volvió a entrar en recesión en el trimestre julio-septiembre porque la incertidumbre sobre el panorama mundial golpeó la inversión de capital, lo que deja a las autoridades bajo una creciente presión para disponer nuevas medidas de estímulo para respaldar una frágil recuperación.
Varios analistas proyectan que la economía crecerá sólo moderadamente durante el trimestre actual porque las compañías siguen vacilando a la hora de usar sus beneficios récord para aumentar salarios, subrayando los desafíos que enfrenta el primer ministro Shinzo Abe para sacar a Japón del estancamiento con sus políticas de estímulo conocidas como "Abenomics".
La tercera economía más grande del mundo se contrajo a una tasa anualizada del 0,8 por ciento en julio-septiembre, por encima de los pronósticos del mercado de una contracción del 0,2 por ciento, según mostraron el lunes datos oficiales.
La cifra sucede a una contracción revisada del 0,7 por ciento en el periodo abril-junio, que marcó el primer descenso en tres trimestres.
Por lo tanto, Japón volvió a caer en una recesión técnica, que se define como dos trimestres consecutivos de contracción, después de sufrir otra el año pasado debido al impacto de un aumento del impuesto de las ventas sobre el gasto del consumidor en abril de 2014.
Respecto al trimestre anterior, la economía se contrajo un 0,2 por ciento en el tercer trimestre, según mostró el informe de la Jefatura de Gabinete.
El consumo privado, que representa alrededor del 60 por ciento de la economía nipona, creció un 0,5 por ciento respecto al trimestre anterior, mayormente en línea con el promedio de pronósticos de mercado de un 0,4 por ciento.
El gasto de capital cayó un 1,3 por ciento, triplicando el promedio de pronósticos de una disminución del 0,4 por ciento.
El
Producto Interior Bruto (PIB) nipón cayó un 0,2% en el tercer trimestre
respecto al anterior, cuando había sufrido una contracción similar,
según una estimación oficial preliminar publicada este lunes. Los
analistas consultados por la agencia Bloomberg preveían una contracción
de 0,1%.
Una recesión se define técnicamente por dos trimestres consecutivos de contracción del PIB.
La Bolsa de Tokio acusó el impacto, con una caída de 1,04% en la sesión.
Las
empresas siguieron frenando sus inversiones (-1,3% de julio a
septiembre, después de -1,2% en el trimestre anterior), en una señal de
prudencia ante la desaceleración en Asia, particularmente en China,
principal socio comercial del archipiélago.
"La economía real
está parada", dijo Taro Saito, economista del instituto de
investigaciones NLI. "Las empresas son reticentes a la inversión, pese a
sus beneficios sólidos. Ya eran tímidas, pero las incertidumbres sobre
la coyuntura internacional reforzaron esa tendencia", agregó.
En ese contexto, las compañías optaron por vender sus existencias.
Saito
ve sin embargo elementos que podrían augurar un repunte. Entre ellos,
el consumo de los hogares, duramente golpeado por el aumento del IVA en
abril de 2014, que aumentó un 0,5% en el tercer trimestre, después de
haberse contraído un 0,8% en el segundo.
El comercio exterior,
pese a las turbulencias de los mercados emergentes, también tuvo un
impacto positivo en el PIB, con un aumento de 2,6% de las exportaciones,
impulsadas por la depreciación del yen.
El ministro de la
Recuperación Económica, Akira Amari, aseguró que el país se hallaba "en
vías de una reactivación moderada", pese a "algunas debilidades". Amari
no escondió su irritación ante el mundo empresarial: ¿Cómo se puede
dejar de invertir, cuando hay ganancias récord y los equipos se vuelven
vetustos?", dijo el ministro en una rueda de prensa.
El gobierno
se consagrará ahora a preparar "medidas de urgencia", agregó, sin
confirmar noticias de prensa sobre una partida presupuestaria adicional
de 3,5 billones de yenes (28.000 millones de dólares, 26.000 millones de
euros).
La presión aumentará sin duda sobre el Banco de Japón
(BoJ), que se reunirá el miércoles y el jueves para decidir si extiende
su programa de compra de activos.
El economista Taro Saito cree
sin embargo que los datos del PIB "tendrán poco impacto en la decisión
del BoJ", que optará por el 'statu quo', en espera de nuevos elementos.
El
gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda, suele alegar que el desempleo se
halla en sus mínimos en Japón y la tendencia de los precios es positiva.
Y que si la inflación sigue siendo casi nula, eso se debe a la caída de
los precios del petróleo.
Para muchos analistas, el gobierno
debería concentrarse en las reformas estructurales, que se hallan
paralizadas pese a ser una pieza mayor del 'abenomics'.
"Si el
crecimiento de Japón es débil, eso se debe al envejecimiento de la
población", afirmó Paul Sheard, economista jefe de la agencia de
calificación financiera Standard and Poor's, en una visita reciente a Tokio. Sheard ve tres pistas: "Más
mujeres y altos directivos" en el mercado de trabajo y un aumento de la
fecundidad y la inmigración, en un país con una natalidad de 1,4 hijos
por mujer en 2013.