BRUSELAS.- El
establecimiento de fronteras ha sido durante siglos el motivo de
conflictos bélicos o diplomáticos. No ha sido el caso de Bélgica y
Holanda, que han acordado amistosamente modificar su frontera con un
intercambio de tierras deshabitadas en el paso del río Mosa para poner
fin a un problema jurisdiccional.
Bélgica
cederá a Holanda una península de 14 hectáreas pertenecientes a la
localidad de Visé -unos 15 campos de fútbol- y recibirá a cambio una
parcela de 4 hectáreas, por lo que el país verá reducido su tamaño en
2016.
El
motivo principal de este intercambio es el quebradero jurisdiccional
que suponía una península perteneciente a Bélgica pero unida únicamente a
territorio neerlandés, a la que las autoridades belgas solo podían
acceder por vía marítima.
La
policía holandesa no podía acceder a la península porque era territorio
belga, y las autoridades de Bélgica lo tenían muy difícil para llegar,
porque necesitaban un permiso especial para entrar en Holanda y el
territorio no tenía una zona de anclaje adecuada para las embarcaciones.
"Se
trata de una decisión práctica", declaró el alcalde de Visé,
Marcel Neven, quien añadió que los Parlamentos de Bélgica y Holanda
deberían aprobar esta medida durante 2016.
Los
vecinos de la zona no van a verse afectados por el cambio fronterizo,
ya que poca gente sabía a qué país pertenecía la península, comentó el
propio regidor.
La
policía belga nunca iba a esta península, contó Jean-François
Duchesne, jefe de la comisaría de Policía de la región del Bajo Mosa,
hasta que en 2013 apareció el cadáver de un hombre decapitado.
"Tuvimos
que coger un barco junto al doctor, el abogado y la policía científica,
lo cual no fue nada fácil", relató el comisario.
El
caso del hombre decapitado, que murió a causa de un accidente y no de
un asesinato, abrió el debate sobre la conveniencia de cambiar las
fronteras, ya que la policía belga no podía controlar una zona a la que
le era imposible acceder por tierra.
El
vacío legal en el que se encuentra esta península fue aprovechado por
personas que hicieron del área un punto de encuentro de actividades
sexuales ilícitas con la venta y consumo de drogas, según medios como
The Guardian o el Daily Mail.
"Por
una vez se toma una decisión inteligente", puntualizó Duchesne, ya que
para él "es lógico que el territorio que esté en Holanda pertenezca a
Holanda".
"Es
muy inusual, pero es posible", sentenció Malcolm Shaw, profesor
de Derecho Internacional en la Universidad de Essex (Reino Unido) y
experto en fronteras, que apuntó a las buenas relaciones entre ambos
países como motivo principal del intercambio amistoso.
Existen
antecedentes en el intercambio de fronteras ya establecidas, pero
siempre han sido producto de una disputa diplomática o bélica.
La
modificación de fronteras es tan poco común que se trata de la primera
vez en la historia de la Unión Europea (UE) que dos Estados miembros lo
hacen, señaló Shaw.
Las
fronteras entre Bélgica y Holanda tienen tramos muy complejos, e
incluso hay pueblos en los que hay casas censadas en ambos países.
La
razón de este entramado está principalmente en los complejos acuerdos
fijados tras la independencia de Bélgica, pero algunos límites se
remontan a la época medieval, explicó Shaw.
Cuando
se establecieron las fronteras entre ambos países en 1839, la península
en cuestión estaba unida a territorio belga, pero la erosión y el
cambio del curso del río Mosa han provocado que se llegue a una
península belga en un enclave holandés.
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