martes, 5 de enero de 2016

Cierre mixto de las bolsas chinas ante la posible intervención de Pekín

PEKÍN/SHAGHÁI.- Los principales indicadores de las bolsas chinas han cerrado la sesión de este martes con pérdidas moderadas en el caso de Shanghái y un ligero avance en el del selectivo CSI300, que agrupa a las mayores compañías chinas cotizadas, después de que el Banco Popular de China haya inyectado fondos a corto plazo y ante los rumores de compras del Gobierno a través de fondos estatales. 

En concreto, el selectivo de la Bolsa de Shanghái ha concluido la sesión con un descenso del 0,3%, hasta los 3.287,71 puntos, después de perder el lunes un 6,87%.
Por su parte, el índice CSI300, que forzó este lunes un cierre anticipado de las bolsas chinas al caer más de un 7%, concluía la sesión del martes con un avance del 0,3%, hasta los 3.478,78 puntos.
Las bolsas chinas se estabilizaron hoy, en una jornada de oscilaciones que terminaron en relativamente leves descensos, de un 0,26 % en Shanghái y un 1,36 % en Shenzhen, tras sus fuertes caídas de ayer, interrumpidas por un nuevo mecanismo que impidió que se agravaran.
La jornada del lunes fue la más breve de su historia, al entrar en funcionamiento unas nuevas normas por las que, en caso de caídas como las ocurridas ayer, superiores al 7 % en el selectivo mixto entre firmas de ambos parqués CSI 300, la cotización se suspende automáticamente hasta el día siguiente.
Vistos los resultados de hoy, parece que el nuevo sistema cumplió con su función de dar tiempo para pensar a los accionistas (casi el 90 % en China son inversores individuales sin especiales conocimientos financieros, por lo que ambos mercados son muy volátiles), y así las caídas de ayer no se vieron repetidas hoy.
Ayer Shanghái se desplomó un 6,85 % y Shenzhen otro 8,16 %, pero hoy, aunque en el primer minuto de la sesión hubo también fuertes descensos momentáneos, enseguida se corrigió la tendencia e incluso al final de la mañana Shanghái llegó a registrar, a media sesión, un 0,41 % de ganancias.
Ambos parqués regresaron enseguida al territorio negativo, nada más comenzar la sesión vespertina, donde permanecieron durante el resto de la jornada, y aunque llegaron a caer de nuevo cerca de un 3 % durante la tarde, se recuperaron en el último tramo del día y cerraron con pérdidas muy moderadas en comparación con ayer.
La clave está en los desplomes que vivieron los parqués chinos en julio y agosto pasados, cuando llegaron a contagiarse a otros mercados mundiales, pese a que la inversión extranjera en las bolsas chinas está muy limitada.
El regulador bursátil chino obligó entonces a los grandes accionistas (con el 5 % o más de los títulos de una empresa en cotización) a retener todas sus papeletas durante un plazo de seis meses que termina este viernes, día 8, por lo que a partir del lunes 11 habrá casi un billón de acciones que volverán a ser libres.
Esto no significa que se vayan a vender todas, por supuesto, y hoy el regulador reiteró que es muy improbable que haya ventas masivas.
Aun así, ayer muchos accionistas individuales -que aunque apenas tienen el 30 % de las acciones en Shanghái y Shenzhen, sí mueven tres cuartos de las transacciones diarias, por lo que influyen mucho en los precios-, quisieron anticiparse y empezaron a vender.
Su intención era recoger ganancias antes de que los precios caigan, según sus expectativas, la semana que viene, y eso provocó las abruptas caídas de ayer, que no fueron más profundas porque lo evitó la nueva normativa que se estrenaba ayer precisamente, que cerró los mercados 92 minutos antes de lo habitual.
Los tiempos parecen bien planificados por Pekín desde el verano, ya que el fin de esos seis meses de plazo coincide con este nuevo mecanismo interruptor que nace con 2016, y hay cuatro semanas por delante para que los mercados asimilen ambos cambios antes del parón vacacional por el Año Nuevo Lunar chino, desde el 8 de febrero.
El Banco Popular de China inyectó este lunes 130.000 millones de yuanes (18.440 millones de euros) en el sistema financiero en fondos a corto plazo, según informa el diario 'The Wall Street Journal'.
Por su parte, la agencia Bloomberg apunta, citando fuentes que no quisieron ser identificadas, que los fondos estatales chinos realizaron compras en el mercado bursátil durante la sesión de este martes.
Finalmente, la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) aseguró hoy que ve poco probable que se produzcan ventas masivas de acciones -lo que podría llegar a provocar fuertes caídas en las bolsas chinas- en los próximos días, a pesar de que un billón de ellas serán desbloqueadas el lunes 11.
Según explicó un portavoz de la CRMV, es cierto que hay cerca de un billón de títulos en manos de grandes accionistas a los que el regulador prohibió su venta, el 8 de julio pasado, como medida para frenar los graves desplomes que sufrían los parqués chinos en aquel momento, dentro de un plazo de seis meses.
La medida se aplica sólo a "grandes accionistas" (los titulares del cinco por ciento o más de las acciones de una compañía), que no podrán desprenderse de ellas hasta que se cumpla ese plazo y vuelva a abrir el mercado, es decir, hasta el próximo lunes 11.
Esto explica en parte las fuertes caídas de ayer (de un 6,85 por ciento en Shanghái y de un 8,16 por ciento en Shenzhen), ante la anticipación de algunos inversores de las pérdidas que creen que habrá ese día, lo que empujó ayer a muchos a empezar a deshacerse de algunos de sus títulos antes de que pierdan más valor en unos días.
Con todo, el portavoz de la CRMV, según recoge su portal oficial, matizó que no espera que las ventas del día 11 sean masivas, ya que cuando los grandes accionistas se desprenden de grandes porciones de acciones, en el 60 por ciento de los casos han solido hacerlo en bloque y mediante transferencias de títulos previamente negociadas.
En los últimos años, insistió, sólo se han desprendido de sus títulos, vendiéndolos de manera directa en el mercado en cerca de un 0,7 por ciento de los casos.
Aun así, algunos de ellos han anunciado ya que se desprenderán directamente de parte de esas acciones que han debido retener desde el verano, recordó Chen Jiahe, jefe de estrategia del departamento de investigación de la corredora de bolsa Cinda, que tampoco cree que vaya a haber desplomes como los del verano pasado.
El problema que hizo estallar la crisis de julio pasado, recordó, es que el mercado estaba muy apalancado (con gran endeudamiento de inversores y corredoras para financiar más y más inversiones en bolsa), tras meses y meses al alza, y cuando hubo un descenso, la burbuja pinchó y se encadenaron caídas durante semanas.
La situación ha mejorado bastante, y la CRMV estrenó ayer un mecanismo que cierra automáticamente las bolsas en caso de grandes caídas, como ocurrió por primera vez ayer mismo, lo que "da a la gente tiempo para pensar" en caso de fuertes oscilaciones, y ambos motivos, señaló, hacen difícil que se repita la crisis del verano.
Por su parte, el portavoz de la CRMV dijo también que el regulador lanzará pronto nuevas medidas adicionales para restringir las ventas masivas de acciones y fomentar la retención de las inversiones más a largo plazo.
Por otra parte, estas nuevas medidas aplicadas en las bolsas chinas desde ayer, por las que se pueden llegar a cerrar los parqués prematuramente en caso de fuertes pérdidas, ayudaron a calmar ayer a los inversores y a estabilizar el mercado, dijo también el portavoz.

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