PEKÍN.- El crecimiento del
Producto Interior Bruto (PIB) de China continuó su ralentización en 2015
hasta un 6,9 %, su menor aumento en 25 años, dentro del progresivo
debilitamiento del país, aunque se mantuvo en las previsiones oficiales.
Las cifras divulgadas hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas
confirman el gradual enfriamiento de la economía, que creció a un ritmo
anualizado del 6,8 % en el cuarto trimestre del año pasado (tras un 7 %
en los dos primeros y un 6,9 % en el tercero) y anticipan nuevas medidas
monetarias de reactivación.
El dato final del 6,9 % supone el incremento anual del PIB más bajo
en los últimos 25 años, pero se corresponde con las previsiones del
Gobierno chino, que se había fijado el objetivo de un aumento de
"alrededor del 7 %" para el pasado ejercicio.
Además, el aumento del 6,8 % en el cuarto trimestre de 2015 es el
menor en un período trimestral desde que estalló la crisis financiera
mundial de 2008.
El PIB chino totalizó el año pasado 67,67 billones de yuanes (10,33
billones de dólares, 9,48 billones de euros), con la gran novedad de
que, por primera vez, más de la mitad de la riqueza nacional (el 50,48
%) estuvo generada por el sector servicios.
Las autoridades recibieron las cifras con optimismo muy medido. "La
economía ha logrado un crecimiento moderado pero estable y sólido", se
indica en el informe divulgado hoy.
El director de la oficina de estadísticas, Wang Baoan, destacó en
rueda de prensa que la economía china "alcanzó un nivel razonable" de
crecimiento durante 2015.
Wang subrayó que, pese al menor crecimiento, "hay que ver bajo qué
situación lo hemos obtenido", con una recuperación internacional "falta
de fuerza" y un descenso del comercio global, por lo que el 6,9 % "no es
una cifra baja" sino que "responde a los límites" a los que podía
llegar China.
Pero algunos analistas han visto las cifras con más suspicacia, ante
la extendida sospecha de que algunos datos son "cocinados" por las
autoridades.
La capacidad china para lograr "un crecimiento tan rápido y
relativamente estable... inevitablemente atraerá mucho escepticismo", se
señala en un informe de la firma internacional de análisis Capital
Economics, para la que el aumento del PIB chino habría sido en realidad
en torno a un 4,5 %.
Aún así, un comentario de esta firma considera que la volatilidad y
la percepción negativa sobre la economía china son "exageradas", pues
las previsiones a corto plazo "están mejorando".
Wang rechazó que las cifras se manipulen y recalcó que China emplea
estándares aplicados en todo el mundo y supervisados por las
instituciones económicas internacionales.
Terence Chong, director del Instituto de Economía y Finanzas Globales
de la Universidad China de Hong Kong, considera que las cifras actuales
chinas "son muy razonables y factibles" y no cree que haya "mucha
exageración", si bien no descarta que la hubiera en épocas pasadas con
crecimientos oficialmente en el rango del 12-14 %.
Chong cree que el crecimiento chino ha
estabilizado su ralentización y se muestra "bastante optimista" sobre
una recuperación a corto plazo.
En cambio, el gigante bancario HSBC considera que los datos apuntan a
que el impulso hacia la revitalización del crecimiento se debilitó a
finales de año y "continuará siendo flojo en el primer trimestre de
2016".
Por ello, esta entidad vaticina una batería de medidas monetarias
para este trimestre: recorte de tipos de interés en 0,25 puntos
porcentuales, reducción de un punto en el coeficiente de caja de los
bancos y aumento del déficit público hasta el 3 % del PIB para acometer
nuevas inversiones.
Los análisis recalcan que algunas cifras secundarias divulgadas
también hoy aportan datos esperanzadores, como la mayor proporción de
los servicios o la resistencia del consumo privado, incluso si persiste
la pérdida de fuelle de otros indicadores, como la producción
industrial.
El sector servicios rebasó por primera vez la barrera del 50 % de
toda la riqueza creada por China, al alcanzar el 50,48 %, frente al 48,1
% de 2014, dentro del objetivo oficial de reestructurar la economía y
reducir el peso de la industria para incrementar el del sector
terciario.
Los datos fueron recibidos por los mercados de forma muy tímida
inicialmente, seguidos de claras subidas tanto en China como el resto
del este de Asia ante el convencimiento de que Pekín aprobará nuevos
estímulos monetarios.
Así, hubo avances generalizados especialmente destacados en las
bolsas chinas (Shanghái, 3,22 %, y Shenzhen, 3,41 %), y algo menores en
Hong Kong (2,07 %), Seúl (0,60 %) o Tokio (0,55 %).
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