NUEVA YORK.- La sesión de hoy en
Wall Street dejó muchas dudas entre los operadores, que no tienen claro
si se está viviendo una "estampida de ventas" o se anticipa una crisis
parecida a la de 2008.
Al cierre de la sesión del miércoles, los números anticipaban ese
sentimiento: el petróleo estaba en niveles de 2008 y la caída bursátil
acumulada en lo que va de año era la peor desde ese año.
Hoy se rebasaron esas marcas: el petróleo de Texas alcanzó los
niveles de 2004, y la caída acumulada del Dow Jones de Industriales en
lo que va de año es, sencillamente, la peor de su historia.
La incertidumbre la está generando China y sus experimentos
bursátiles, que intentan acompasar un ritmo hacia el capitalismo lleno
de tropiezos en cuanto al comportamiento de los mercados.
Un día comienzan controles para suspender las operaciones cuando hay
fuertes caídas y días después se eliminan. El lunes se tuvo que acortar
la sesión, y la del miércoles duró sólo media hora.
A estas alturas, para Wall Street, todo esto sólo indica el "gran lío" que se vive, según un analista.
La voz de alerta hoy la dio el multimillonario George Soros, una de
las voces más respetadas en Wall Street: el entorno actual, dijo, "me
recuerda la crisis que tuvimos en 2008".
China está exportando problemas al resto del mundo con la devaluación
de su moneda. En agosto pasado fue del 5 % frente al dólar en tres días
y ahora, según algunas versiones, puede superar el 10 %.
Según el profesor de Economía de la escuela Wharton Jeremy Siegel, la
devaluación del yuan está generando deflación en el resto del mundo,
con daños graves en países cuyos bancos centrales están luchando para
alcanzar niveles ideales de inflación.
En el caso de Estados Unidos, esa es mala señal, porque no consigue
acercarse al 2% de inflación fijada como meta por la Reserva Federal
(Fed).
El presidente de la Fed de Chicago, Charles Evans, recomienda por
ello un ritmo "más lento" en el progresivo aumento de las tasas de
interés, a partir del mínimo aumento de diciembre pasado.
Mañana será un día clave. Wall Street tiene la mirada puesta en
Shánghái, y si los mercados chinos serán capaces de superar las dudas
actuales, y completar una jornada bursátil como Dios manda.
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