BRASILIA.- El gobierno brasileño prevé anunciar este mes un paquete de medidas
para propiciar una reanimación de la economía, sin abandonar los
programas de ajuste fiscal y recortes de fondos impulsados en 2015.
Se trata de propuestas que tienen como prioridad estimular la
construcción civil, el sector que más despidos realizó el pasado año y
cuya reactivación generaría más empleos, destacaron hoy voceros
gubernamentales.
Afectado por la falta de financiación, debido a la paralización de obras importantes, la construcción cerró unos 500.000 puestos de trabajo en 2015, lo cual es considerado como el peor resultado de su historia.
La propuesta del ejecutivo está dirigida a aportar fondos para retomar proyectos parados de la esfera de infraestructura, iniciar otros, así como garantizar la tercera fase del programa Mi casa, Mi vida, el cual garantiza viviendas para brasileños con bajo ingresos.
Al cierre del pasado año, el gobierno presentaba atrasos de cuatros meses en el pago a constructoras con contratos con el Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes, la cual administra más de mil convenios.
La reactivación de la economía constituye el principal problema a enfrentar por la presidenta del país, Dilma Rousseff, en este periodo y un resultado positivo a corto plazo contribuiría a ganar en popularidad y a anular con gran respaldo popular el juicio político en su contra en el Congreso nacional.
En este contexto, el ministro de la Casa Civil, Jaques Wagner, afirmo que el gobierno reconoce sus errores cometidos en la economía y trabaja para superarlos en el más breve tiempo posible.
Analistas políticos señalaron que Rousseff necesita de un plan para frenar y disminuir el desempeño, que se aproximó al millón de brasileños el pasado año, con miras a derrotar además el discurso de la oposición, que la acusa a ella y al Partido de los Trabajadores de arruinar la economía.
Para la industria de la construcción, el desembolso de unos siete mil millones de reales (1.754 millones de dólares) en atrasos de obras públicas sería suficiente para dar un impulso el sector, destacó José Carlos Martins, presidente da Cámara Brasileña de este ramo.
Afectado por la falta de financiación, debido a la paralización de obras importantes, la construcción cerró unos 500.000 puestos de trabajo en 2015, lo cual es considerado como el peor resultado de su historia.
La propuesta del ejecutivo está dirigida a aportar fondos para retomar proyectos parados de la esfera de infraestructura, iniciar otros, así como garantizar la tercera fase del programa Mi casa, Mi vida, el cual garantiza viviendas para brasileños con bajo ingresos.
Al cierre del pasado año, el gobierno presentaba atrasos de cuatros meses en el pago a constructoras con contratos con el Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes, la cual administra más de mil convenios.
La reactivación de la economía constituye el principal problema a enfrentar por la presidenta del país, Dilma Rousseff, en este periodo y un resultado positivo a corto plazo contribuiría a ganar en popularidad y a anular con gran respaldo popular el juicio político en su contra en el Congreso nacional.
En este contexto, el ministro de la Casa Civil, Jaques Wagner, afirmo que el gobierno reconoce sus errores cometidos en la economía y trabaja para superarlos en el más breve tiempo posible.
Analistas políticos señalaron que Rousseff necesita de un plan para frenar y disminuir el desempeño, que se aproximó al millón de brasileños el pasado año, con miras a derrotar además el discurso de la oposición, que la acusa a ella y al Partido de los Trabajadores de arruinar la economía.
Para la industria de la construcción, el desembolso de unos siete mil millones de reales (1.754 millones de dólares) en atrasos de obras públicas sería suficiente para dar un impulso el sector, destacó José Carlos Martins, presidente da Cámara Brasileña de este ramo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario