CARACAS.- El vicepresidente de
Venezuela, Jorge Arreaza, destacó que la reforma a la Ley de
Impuesto a la Renta (ISLR) y otras normas decididas por el presidente
Nicolás Maduro, solamente "pechará al gran capital".
"El presidente se ve en la obligación de buscar nuevos ingresos.
¿Dónde va a acudir? Evidentemente le va a pechar ingresos, mediante
impuestos, al gran capital, no al pueblo, no a la clase media ni a los
sectores populares", remarcó Arreaza en una rueda de prensa.
Es al gran capital al que "hay que sacarle la mayor cantidad de
ingresos porque son quienes más ganan (...) quienes han fomentado una
economía especulativa, quienes han burlado y han fomentado fraudes
fiscales", añadió.
Maduro anunció anteanoche, en el marco del poder legislativo especial que
tuvo los últimos doce meses y que feneció anoche, la reforma a cinco leyes,
entre ellas la del ISLR con el fin de aumentar los ingresos ante una
crisis económica derivada, entre otros, de la caída de los precios
internacionales del petróleo, principal fuente de divisas del país, y de
una "guerra económica" que denuncia en su contra.
Con esta reforma "elimino aquí la posibilidad de evasión que aún
quedaban para eludir el pago de los impuestos", sostuvo Maduro,
lo que Arreaza explicó luego con más detalles.
Además del ISLR "se va a cobrar" un impuesto adicional "sobre lo que
está en la cuenta bancaria de la gran empresa" y también "sobre el total
del ingreso que la misma haya recibido", dijo Arreaza.
Con estas decisiones, Arreaza calculó que "se puede lograr la
duplicación" de la recaudación impositiva y garantizar los recursos
"para cubrir la construcción de viviendas, la educación, la alimentación
y las necesidades del pueblo".
El jefe de Estado venezolano anunció además reformas a la ley del
régimen cambiario, en el marco del control estatal de divisas que rige
en Venezuela desde hace doce años y que concede al Estado el monopolio
de la compraventa de divisas.
La norma reformada, alertó Arreaza, prohíbe que se tenga como
referencia a la hora de la definición de las estructuras de costos de
todos los bienes y productos, y de la fijación de precios al consumidor
final, cualquier tipo de cambio distinto a las tasas oficiales.
Estas van desde los 6,30 a los casi 200 bolívares por dólar, paridad
esta última que se cuadruplica en el mercado paralelo y que la
especulación considera a la hora de fijar los precios al público, pese
al entramado jurídico y policial del Gobierno para impedirlo.
La lucha contra la especulación con divisas, según Maduro, "es uno de
los mecanismos clave de la guerra económica" que sostiene le han
declarado a su Gobierno los empresarios y la oposición política con el
afán de dar al traste con su gestión presidencial.
Venezuela cerrará 2015 con uno de los peores ejercicios económicos de
la región, una sensible escasez de productos y una inflación que, pese a
que se desconocen datos oficiales de todo lo que va de año, el propio
Maduro estimó que rondará el 100 %, el porcentaje más escandaloso en los
últimos 17 años que, asimismo, se multiplica en las cuentas
extraoficiales.
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