lunes, 11 de enero de 2016

La crisis global con la Bolsa en mínimos / Primo González *

La Bolsa española ha caído el pasado viernes hasta mínimos desde septiembre del año 2013. El retroceso se ha agudizado en la primera semana del año. Cabría atribuir a la incertidumbre política española una parte de este bajón. Perro viendo el comportamiento de los demás mercados internacionales, parece claro que las Bolsas se han guiado por los nuevos datos que está aportando la situación económica internacional, entre los cuales la crisis de crecimiento de la economía china parece uno de los más importantes junto a otros problemas sobrevenidos en los últimos meses.

Se habla ya de una nueva recesión económica mundial en el horizonte, incluso de intensidad similar a la vivida en torno al año 2009, cuando la crisis financiera exportada desde Estados Unidos generó una tormenta de proporciones globales de la que ya estábamos saliendo. Los analistas del Fondo Monetario Internacional han sido de los primeros en anticipar, hace apenas unas semanas, los riesgos de una desaceleración económica en la economía global.

La base principal de su razonamiento radica no sólo en la menor intensidad de la actividad económica de China sino, sobre todo, en el desfallecimiento de muchas economías lastradas por el tremendo recorte de los precios de las materias primas. En especial, del petróleo, cuyos excedentes han sido normalmente el alimento principal con el que se han nutrido algunas economías importantes, no sólo las productoras de crudo sino las que se benefician del reciclaje de los cuantiosos fondos que ha estado aportando el negocio petrolero en los últimos años. 

La desaparición de esos flujos ha provocado situaciones tan inesperadas como el elevado déficit fiscal de Arabia Saudí y los recortes masivos de gastos por parte de algunas economías altamente exportadoras de petróleo y gas. Un reflejo, no tan anecdótico, de la nueva situación c redada por el desplome del precio del petróleo es el anuncio de Arabia Saudí de que está estudiando la posible salida a Bolsa de su petrolera nacional, Aramco, la mayor compañía petrolífera del mundo y la mayor empresa por capitalización bursátil, caso de salir a cotizar en los mercados internacionales.

Esta vez, a diferencia de lo que sucedió hace seis años, la economía de los Estados Unidos presenta un aspecto bastante sólido y en apariencia de intensidad creciente, con el dólar fortalecido y camino de su mejor posición histórica, a punto incluso de alcanzar la paridad con el euro. La economía china ha sido la vitamina que alimentó la salida de la crisis financiera global en los años posteriores a 2009. Pero ahora esa medicina ya no está en condiciones de aportar sus benéficos influjos.

Está por ver si la economía de Estados Unidos puede tomar el relevo de la actividad económica mundial, cuestión que los analistas internacionales no alcanzan a validar en estos momentos, ya que la demanda exterior de la economía estadounidense y su capacidad de exportar actividad al resto del mundo son de características muy diferentes a las que ofrecía la economía china. En todo caso, algunas economías, como México, sí que se están beneficiando del buen ciclo económico de su vecino del norte, pero incluso este efecto es de alcance limitado. En teoría, el impulso alcista debería provenir no sólo de la economía estadounidense sino de la zona euro y de Japón, en cuyas manos puede estar la capacidad para aportar ese añadido que necesitará la economía global para recuperar la senda del crecimiento sostenido.

(*) Periodista y economista español

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