BERLÍN.- La inmigración es un
factor de creación de empleo en Alemania, tanto por la disposición de
los migrantes a fundar empresas como a trabajar en régimen de autónomos,
según un estudio difundido hoy por el Banco de Crédito para el
Desarrollo (KfW).
De acuerdo con ese análisis, los inmigrantes tienen una mayor
tendencia a fundar empresas que los nacionales y, con ello, a crear
nuevos puestos de trabajo.
Uno de cada cinco emprendedores del país es de origen extranjero o no
tiene la nacionalidad alemana, de acuerdo con los datos de la KfW,
entidad pública destinada al fomento de la creación de empresas.
La cuota de fundadores de firma entre esta franja de población se
situó el año pasado en el 1,86 %, mientras que la del conjunto del país
estuvo en el 1,68 %.
Una de las razones que explica esta disposición es, según el estudio,
que los inmigrantes o ciudadanos de origen extranjero tienen mayores
dificultades para encontrar puestos de trabajo atractivos, lo que les
decanta a fundar su propia empresa.
"Con ello contribuyen a la creación de empleos en el país y a la
aparición de nuevas empresas", apunta, en el comunicado difundido por la
entidad, el responsable del estudio y experto económico Jörg Zeuner.
Uno de cada cuatro inmigrantes ha creado al menos un puesto de
trabajo adicional, de acuerdo con los datos correspondientes al
ejercicio 2013/2014.
Este porcentaje es algo superior a la media nacional, ya que solo un
18 % del conjunto de los emprendedores ofrece puestos de trabajo en su
primer año de actividad.
De acuerdo con las cifras del KfW, de los 915.000 emprendedores
registrados en 2014 un total de 179.000 eran inmigrantes o ciudadanos de
origen extranjero y el sector preferente al que se orientaron es el
comercio.
Su grado de estabilidad en esa actividad empresarial es, sin embargo,
algo menor que la del conjunto de los emprendedores del país: un 60 %
de los fundadores de empresas de origen inmigrante siguen al frente de
su firma a los tres años de haberla creado, mientras que la media
nacional es del 70 %.
Ello se explica, según ese estudio, no por cuestiones de nacionalidad
u origen, sino porque asumen de entrada mayores riesgos en la creación
de su empresa y también en el hecho de que el comercio es un sector más
proclive a los cambios.
La influencia de la inmigración en la demografía de Alemania es cada
vez mayor, de acuerdo a los datos difundidos ayer por la Oficina Federal
de Estadística (Destatis).
El número de habitantes del país subió el año pasado a 81,9 millones,
de los cuales alrededor de un 10 % corresponde a ciudadanos extranjeros
o con doble nacionalidad, además de la alemana.
Este cómputo total supone un incremento de 900.000 habitantes
respecto a 2014, debido en buena parte al alto número de refugiados que
se registraron ya a lo largo de 2015 como solicitantes de asilo en
Alemania, del total de 1,1 millones de peticionarios que recibió el
país.
Con ello se superó el anterior récord de incremento de población
correspondiente a 1992, un año después de la reunificación alemana, en
que hubo un crecimiento de 800.000 habitantes, en su mayoría procedentes
de países del antiguo bloque comunista.
Alemania, con una superficie de 357.340 kilómetros cuadrados, tiene
una densidad de población de 227 habitantes por kilómetro cuadrado.
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