MADRID.- La prima de riesgo
de España ha cerrado 2015 en 114 puntos básicos, siete más con los que
comenzaba el ejercicio, en un año en el que la deuda española ha batido
récords de intereses negativos, cobrando a los inversores, y ha rebajado
a la mitad sus costes de financiación.
El diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del
mismo plazo, que mide el riesgo país, ha llegado a caer este año por
debajo de 90 puntos básicos, en tanto que el interés el bono español a
diez años ha marcado un mínimo histórico en el 1,141 %.
Todo sumaba para que España rebajara paulatinamente sus costes de
financiación y recuperara la confianza de los inversores, desde el
respaldo del Banco Central Europeo (BCE) hasta la buena acogida de las
medidas adoptadas por el Gobierno.
Y, por el contrario, el impacto de la incertidumbre que llegaba de la
mano de los comicios en Cataluña, el desafío soberanista y las
elecciones generales de diciembre, era mínimo.
En estos doce meses el riesgo país ha oscilado entre el máximo de 162
puntos alcanzado el 7 de julio, y el mínimo de 89 que marcó el 13 de
marzo, con lo que la media es de 120 puntos básicos, muy inferior a la
media del año anterior -148 puntos básicos-.
El mínimo histórico que alcanzó el bono español a diez años en marzo,
del 1,141 %, permitía a la prima de riesgo bajar a sus niveles más
bajos desde abril de 2010, por debajo de 90 puntos básicos.
Pero este no ha sido el único récord que ha batido este año el Tesoro
Público, que por primera vez en su historia colocaba deuda con
intereses negativos, con lo que se instalaba de forma permanente entre
los países que cobran a los inversores por su deuda.
Se trata de Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Francia,
Alemania, Italia y Holanda, a los que se ha unido ahora España.
La racha empezó en abril, cuando el Tesoro colocó letras a tres meses
con un interés marginal negativo del 0,025 %, que luego amplió en
noviembre al 0,225 %. Posteriormente, repitió la hazaña con las letras a
seis y nueve meses, e incluso con las de doce meses.
Por primera vez desde que existen registros, España ha adjudicado en 2015 letras a un año con intereses negativos.
En la deuda a mayor plazo, España ha visto cómo en alguna sesión el
bono a dos años ha cotizado con intereses negativos y ha reducido a
mínimos históricos la rentabilidad en el mercado secundario de sus bonos
a tres años, cinco y diez años.
Durante todo el año el Tesoro ha manejado con prudencia las emisiones
previstas y ha colocado alrededor de 20.000 millones de euros mensuales
con sucesivas rebajas en el interés; además, el enorme interés
despertado por la deuda española entre los inversores le ha permitido
mantener las ratios de cobertura -proporción entre la demanda y el
importe adjudicado- muy elevadas, de entre dos y tres veces.
Los expertos reconocen que las reformas emprendidas por el Gobierno
están en la base de este buen desempeño, al que no ha sido ajeno el
Banco Central Europeo (BCE), que puso en marcha un programa de compra de
bonos que está dispuesto a prolongar más allá de lo previsto, y que ha
ayudado a los países periféricos a recuperar, en mayor o menor medida
según el caso, la confianza de los mercados.
Para España esto ha supuesto poder reducir las emisiones netas, que
han sido en 2015 de 47.717 millones de euros, 7.283 millones menos de lo
previsto y la mitad que hace cuatro años, con un coste del 0,84 % (3,14
% para el total de la deuda en circulación) y un alargamiento de la
vida media hasta los 6,45 años.
El Tesoro reanuda el próximo 14 de enero sus emisiones de deuda, con
una subasta de bonos y obligaciones con distintos plazos en las que
puede incluir alguna referencia indexada a la inflación.
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