domingo, 31 de enero de 2016

Nepal vuelve su mirada al sol, asfixiado por el bloqueo de crudo

KATMANDÚ.- Nepal, históricamente dependiente de la vecina India para su abastecimiento en petróleo y gas doméstico, afronta una escasez de energía a causa del bloqueo de su frontera con India desde hace más de cuatro meses.

La minoría étnica de los madhesis bloquea un estratégico paso fronterizo para protestar contra la nueva Constitución adoptada en septiembre en Nepal que, según ellos, los margina políticamente.
Y al caer la noche, largas filas de espera se forman en las estaciones de servicio, al tiempo que prospera un mercado de fuel y de gas doméstico de contrabando.
Los grupos de energía solar habían hasta el momento centrado su estrategia en los hogares rurales privados de conexión a la red eléctrica, beneficiándose de las subvenciones de oenegés o del gobierno que permitieron la instalación de paneles solares en 750.000 viviendas.
No obstante, en enero, un gran número de empresarios y clientes potenciales de clase media se reunieron en un salón de energías limpias en Katmandú, donde las ventas de sistemas solares sobrepasaron los 18 millones de dólares en tres días. Además, los 90 participantes tuvieron problemas para hacer frente a la demanda, según los organizadores.
Nepal se beneficia de más de 300 días soleados cada año, mucho más que el número uno mundial de la energía solar, Alemania, lo que le convierte en un país ideal para su desarrollo.
Los inversores extranjeros se quejan no obstante de las trabas administrativas y un grupo noruego anunció a principios de enero su renuncia a un proyecto de 1.500 millones de dólares. La capacidad de electricidad hidroeléctrica instalada en Nepal es únicamente de 800 megavatios, es decir, un 1,9% de su inmenso potencial.
"Los proyectos hidroeléctricos son de gran alcance y necesitan muchas inversiones y tiempo", señala Dipak Bahadur Shahi, presidente de la asociación nepalesa de productores de electricidad solar.
 "El sector solar está, por su parte, en manos del privado y podemos responder rápidamente a la demanda", añade.
La energía solar, sin embargo, continúa siendo muy cara para muchos hogares y empresas en este país, donde los ingresos anuales por casa alcanzan los 700 dólares. Una instalación de 120 vatios, capaz de alimentar seis bombillas y recargar un ordenador portátil o un celular, cuesta unos 400 dólares.
Con todo, la escasez de carburante ha atraído realmente nuevos clientes. Dinesh Shrestha, presidente del Nepalgunj Medical College, planea instalar un sistema solar para su campus de 700 estudiantes.
"Es imposible saber cuándo terminará la crisis energética en Nepal", dice Shrestha. "Nosotros gastamos millones cada año en los generadores diésel. La energía solar no es económica, pero es una inversión única".

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