SAO PAULO.- La presidenta de
Brasil, Dilma Rousseff, reconoció que 2015 fue "un año difícil" para
el país, aunque se mostró "optimista" de cara a 2016, cuando el país
acogerá los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
"Creo en la fuerza de nuestro pueblo y en la agenda que trazamos para
Brasil", afirmó la mandataria en un mensaje en Twitter, en el que
felicitó a los brasileños por el nuevo año.
Rousseff, quien está amenazada con la apertura de un juicio político
con miras a su destitución, recalcó que "Brasil es mayor que los
intereses individuales y de los grupos" e instó a mantener el "país
fuerte".
"Debemos de empeñarnos en lo esencial: un país fuerte para todos los
brasileños", agregó la mandataria, cuya popularidad ha sido afectada por
la crisis política y económica en la que se encuentra el país.
La jefa de Estado destacó la importancia de 2016 para el país con la
llegada de los Juegos Olímpicos, que se celebrarán en agosto en Río de
Janeiro y que, como recordó la presidenta, atraerá a turistas de todo el
mundo.
Tras pasar el día en Brasilia, la presidenta se trasladó ayer a Porto
Alegre, capital del sureño estado de Rio Grande do Sul, donde tenía
previsto pasar el Año Nuevo junto con su familia.
El Gobierno todavía no ha informado de la fecha en la que la
mandataria regresará a la capital brasileña, donde le espera un año
repleto de desafíos económicos y políticos.
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