BRUSELAS.- Los 28 países de la Unión Europea han llegado este viernes a un
acuerdo para satisfacer las demandas británicas para seguir en el
bloque, al término de más de 30 horas de negociaciones casi
ininterrumpidas.
"Acuerdo. Hay apoyo unánime", anunció el presidente del Consejo
Europeo, Donald Tusk. "Hay acuerdo" escribió en Twitter la presidenta
Dalia Grybauskaite. "Se acabó el drama", sentenció. "Es un buen
compromiso, que espero que sirva para mantener a Gran Bretaña en la UE",
escribió el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka.
Tras alcanzar el laborioso acuerdo, durante una cena de trabajo, el
primer ministro británico David Cameron tiene ahora manos libres para
volver a Londres y convocar el referéndum sobre la UE, en el que pedira
el voto a favor de seguir el bloque.
Los detalles del texto no trascendieron, pero Cameron llegó a
Bruselas con cuatro demandas: poder limitar las ayudas sociales a los
imigrantes europeos, quedar al margen de los próximos pasos hacia una
mayor integración europea, que el mercado único mejore su competitividad
y proteger a la City de Londres de las decisiones de la Eurozona.
El primer ministro maltés, Joseph Muscat, ya avanzo que el borrador
tenía posiblidades de prosperar porque "todo el mundo ha renunciado a
algo".
El viernes, Cameron dedicó el día a reunirse con aquellos líderes
reticentes al pacto tras una noche prácticamente en blanco. Poco antes,
se solventó la amenaza griega de vetar un acuerdo que debe adoptarse por
unanimidad.
Atenas condicionó su aprobación a que no se cierren sus fronteras
para evitar el paso de refugiados a la Unión Europea, tal y como se
había especulado.
Las medidas para proteger a la City, el corazón financiero de
Londres, despertaron especial oposición de Francia. "Se puede tener en
cuenta lo que representa la City para Europa (...), pero no puede haber
reglas particulares para la City", declaró el presidente François
Hollande a la radio France Inter.
La oposición britanica, desde los laboristas al UKIP, acusó a Cameron
y sus socios de exagerar las dificultades para que el acuerdo sea más
valorado por los británicos.
Así, por un lado, el primer ministro belga Charles Michel hablaba de
"ahora o nunca". En cambio, la presidenta lituana, Dalia Grybaskaute,
estimó que el acuerdo llegará "dependiendo de la cantidad de teatro que
quieran hacer algunos países".
Los reclamos del primer ministro conservador reflejan la tradicional
visión de Londres de lo que debería ser la Unión Europea -un gran
mercado abierto- frente a los países que quieren hacer del bloque una
unión más política.
Cameron ya avisó que no se volverá con un mal acuerdo y que
preferiría, en ese caso, seguir negociando, lo que hubiera alargado un
tema que causa irritación en algunas capitales por su inoportunidad, en
un momento en que el bloque confronta la mayor llegada de refugiados e
inmigrantes en más de medio siglo.
Cameron recibió la bendición de la jefa de gobierno alemana Ángela
Merkel, que estimó que cualquier concesión a Londres es menos mala que
una salida británica del bloque. El acuerdo, "para muchos, no es fácil
de aceptar, pero hay buena voluntad", dijo Merkel. "Si el Reino Unido se
va, entonces sí que nos quedamos sin nada", dijo el primer ministro
estonio Taavi Roivas.
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