LUXEMBURGO.- Los precios de la zona euro registraron en febrero un retroceso del 0,2%, ilustrando la insuficiencia de las medidas del Banco Central Europeo (BCE) para estimular la economía y alejar el espectro de la deflación.
El
dato, difundido este lunes por la agencia europea de estadísticas
Eurostat, está muy por debajo de las estimaciones promedio de los
analistas, que apostaban por una inflación nula (0,00%).
En enero,
el Indice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) de la zona euro,
integrada por 19 países, había subido un 0,3% respecto al mismo mes del
año anterior. La última vez que el índice cayó a territorio negativo se
remonta a septiembre de 2015, cuando se había situado en -0,1%.
El
Banco Central Europeo (BCE) trabaja con una meta inflacionaria
ligeramente inferior al 2%, considerada acorde con una buena situación
económica general.
Las preocupaciones se deben a que la deflación
puede generar una espiral difícil de cortar: las empresas integran la
caída de los precios en sus previsiones y bloquean los aumentos
salariales, lo cual afecta la demanda y, en consecuencia, las ganancias y
las inversiones. Y si la situación se prolonga, los consumidores
posponen sus decisiones de compra, apostando por otras reducciones de
precios.
El derrumbe
de los precios del petróleo y la desaceleración de la economía china
fueron factores determinantes en el hundimiento de los precios de
febrero. Los precios de la energía retrocedieron un 8%, después de haber
caído un 5,4% en enero.
Las tres principales economías de la zona
euro cayeron en febrero en territorio deflacionario, con retrocesos de
sus índices de precios de 0,2% en Alemania y Francia y de 0,3% en
Italia. En España, el IPCA ahondó su caída, que fue de 0,9% en febrero,
después de haber retrocedido 0,4% en enero.
La inflación
subyacente (o núcleo de inflación, que no toma en cuenta los productos
energéticos ni los alimentos sin elaborar), más reveladora de la
tendencia, subió un 0,7% en febrero, frente a un alza del 1% en enero.
El presidente del BCE, Mario Draghi, había afirmado el 15 de febrero
que en la próxima reunión de su consejo de gobernadores, prevista para
el 10 de marzo, la institución emisora "no vacilará" en adoptar las
medidas que se impongan para estimular la actividad económica.
Los
datos divulgados este lunes "acentuarán la presión por mayores medidas
de estímulo en marzo", dijo el analista Howard Archer, de IHS Economist.
El
BCE, con sede en Fráncfort, ya ha recurrido a un arsenal de medidas
para alentar el crecimiento y la inflación, incluyendo un controvertido
programa de compra de obligaciones (programa de "flexibilización
cuantitativa"), a fin de poner dinero fresco a disposición de los
actores económicos. También redujo prácticamente a cero las tasas de
interés de los préstamos concedidos a los bancos, pero sin mayores
resultados.
El gobernador del Banco de Francia, François Villeroy
de Galhau, dijo el fin de semana en una entrevista con medios alemanes
que el aumento de los 60.000 millones de euros mensuales que el BCE
consagra actualmente al programa de compras de activos "es una
posibilidad, entre otras".
"Estamos decididos a actuar, pero primero
tenemos que observar los datos económicos", declaró Villeroy de Galhau.
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