viernes, 19 de febrero de 2016

Los euroescépticos británicos afilan sus armas ante el referendum sobre la permanecia en la Unión Europea

LONDRES.- La decisión se toma en Bruselas, pero en Gran Bretaña los grupos contrapuestos, a favor y contra la Unión Europea, ya afilan las armas en vista del referéndum sobre la permanencia del país en el 'club de los 28'.

    Por un lado, los euro-escépticos, dentro y fuera del partido del primer ministro, que atacan lo que está destinado a ser, inevitablemente, un compromiso. Y por otro, los señores de la City de Londres -la prensa ya habla de 80 'capitanes' de las mayores 100 empresas cotizadas en Bolsa-que ya anunciaron, antes incluso de conocerse el desenlace de las negociaciones en Bruselas, que ningún éxito de imagen pretendido por Cameron vale el futuro del reino en Europa.
    Obligado a aplazar la reunión de gobierno en la que deberá fijar formalmente la fecha del referéndum, probablemente el 23 de junio, el premier conservador puede contar desde ahora con el respaldo de unos sesenta diputados que ya le atribuyen el mérito de haber devuelto a casa, por primera vez en los últimos 25 años, al menos un poco de poder nacional en el baile de equilibrios con Bruselas.
    Pero en el gabinete, la rebelión atribuida al titular de las Relaciones con el Parlamento, Chris Grayling, y al de Trabajo, Ian Duncan Smith, parece poder conquistar también, sorpresivamente, al ministro de Justicia, Michael Gove, una persona hasta ahora siempre leal a Cameron.
    Además de los problemas de gobierno, el frente euro-escéptico decidido a dar batalla es mucho más amplio. "Si al acuerdo a la baja aceptado por Cameron ha encontrado hoy tantas resistencias en Bruselas, imagínate cuántas posibilidades tenemos de recuperar de verdad la soberanía sobre puntos sustanciales como el control de las fronteras", dijo a la BBC Steve Woolfe, eurodiputato del UKIP, partido euro-escéptico liderado por Nigel Farage.
    A favor del 'no' a Europa hay un último sondeo que confirma una diferencia de 2 o 3 puntos sobre el 'sí' (pero con un 23% de indecisos determinante y sin contar que en otras encuestas el resultado se invierte, 52% a 48% a favor de la UE).
    En contra tiene las divisiones entre los dos comités electorales pro-salida del país de la UE: uno dominado por Farage, el otro encabezado por viejos conservadores "thatcherianos" como lord Nigel Lawson y una minoría de hombres de negocios anti-europeos.
    Pero también juega en su contra el factor tiempo: demasiado ajsutado para intentar contrarrestar una campaña que el gobierno parece querer encauzar apostando al miedo de la incógnita en caso de ruptura traumática.
    Y sobre todo pesa la falta de un líder carismático. A no ser que aparezca el popular alcalde de Londres, Boris Johnson, quien aún no reveló cómo votará en el referéndum.

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