lunes, 8 de febrero de 2016

En total calma China inicia su nuevo año del Mono

PEKÍN.- Tras esperar anoche la llegada del Nuevo Año Lunar bajo un espíritu de bondad y felicidad, las familias chinas disfrutan hoy de una calma total sin escucharse el sonido de los fuegos artificiales que marcaron como cada año esta celebración. 

 En esta ocasión el mayor evento del calendario para cientos de millones de chinos estuvo regulado en las exhibiciones de fuegos artificiales con el fin de reducir la contaminación del aire y disminuir y prevenir el número de accidentes.

A finales del año pasado se aprobó un reglamento que prohíbe los fuegos artificiales dentro del área del círculo interior de la ciudad por razones de seguridad y para evitar la contaminación ambiental.

El Ministerio de Seguridad Pública ordenó a la policía reforzar la administración de seguridad contra quemas y la respuesta de emergencia durante la temporada festiva en las reuniones masivas, espectáculos y de otras actividades con gran afluencia de personas.

En años anteriores, el humo originado por los fuegos artificiales - según las tradiciones milenarias chinas encendidos para alejar los espíritus malignos en el cambio de año - contribuyó a que los niveles de contaminación subieran por encima del límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

Conocida también como la Fiesta de Primavera, esta celebración que se realiza cada año desde las islas en el extremo sur hasta las provincias cubiertas de hielo en el norte, tiene implícita la realización de actividades culturales que van desde suntuosas galas televisivas hasta veladas típicas de cada etnia.

Para la mayoría de los chinos, la víspera de Año Nuevo está dedicada a la gala de cuatro horas de duración que trasmite la cadena estatal de televisión.

Se estima que cerca de 690 millones de personas sintonizaron por televisión la tradicional función de Año Nuevo este 2016, lo que convirtió a la ceremonia en el espectáculo de TV más visto de todo el mundo, de acuerdo con la prensa local.

No obstante, algunos salían de paseo y poco antes de la medianoche, cuando China dejó entrar al Mono y despidió a la cabra basado en su zodiaco de 12 animales, Wang Xi, investigadora de Geología, dijo que esta celebración ha cambiado algunas costumbres aunque mantiene la reunión familiar como punto invariable.

Su esposo Guo Hui, igualmente residente de Pekín y de la misma profesión, expuso que esta época del año es la que marca la mayor unidad familiar y arraigo a cientos de tradiciones ancestrales y también supersticiones heredadas de los más ancianos que siguen siendo asimiladas en la actualidad.

Igualmente alegre y rodeado de una decena de parientes, el joven Cao Yan, manifestó que como un buen ciudadano chino, que intenta superarse por día, este año del Mono será mejor porque "las personas de esta nación no se permiten dar un paso atrás".

Enfatizó el interés del pueblo y Gobierno de este territorio por avanzar en las reformas para alcanzar un mayor bienestar en lo que será otro año de trabajo arduo y de muchas expectativas.

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