martes, 9 de febrero de 2016

La Bolsa apunta a los bancos / Primo González *

Este lunes negro de las Bolsas europeas, algo más negro en España y en Italia, ha vuelto a recordar a los inversores que el continuado descenso del petróleo puede ocasionar severos daños a algunos sectores de la economía europea y estadounidense, en suma, de los países desarrollados. El olor a recesión ha vuelto a dominar en los ambientes económicos, ya que no se ve salida a la evolución de los precios de las materias primas y a la descontrolada situación del mercado petrolero, con China en situación cada vez más debilitada.
Lo más destacado de la jornada de este lunes ha sido el varapalo que han sufrido los bancos en toda Europa, un movimiento que ha afectado también a la banca española aunque ha sido de las menos dañadas. Los bancos con financiación otorgada a las compañías petroleras están viendo cómo su valoración corre peligro y se enfrentan a posibles rebajas de su calificación. Bancos alemanes e italianos, con caídas superiores al 9% en su valor este lunes, dejan constancia de los riesgos a los que se enfrenten las entidades financieras de amplia base, ya que las dificultades de pagos en países petroleros y en multinacionales del petróleo pueden ocasionar un efecto en cadena sobre el sector financiero mundial, que se dejará sentir en el conjunto de las economías desarrolladas. Italia, en particular, vive adicionalmente una crisis bancaria de envergadura y varios bancos de primera fila del país fueron suspendidos de cotización momentáneamente este lunes. En el caso italiano, la purga inmobiliaria (semejante a la que vivió la banca española hace algo más de tres años) está detrás del fuerte deterioro de este sector, al que posiblemente tenga que auxiliar en breve la Unión Europea mediante un programa de ayuda de cierta amplitud.
Bancos alemanes de la mayor solidez han cerrado también con caídas de hasta el 9% en esta negra sesión, que parece vaticinar nuevos recortes en las cuentas de resultados, en las que están teniendo fuerte impacto los bajos tipos de interés. Para los bancos, esa mezcla de tipos de interés incluso negativos, con márgenes muy exiguos, más quebrantos potenciales en algunos de sus deudores empresariales y estatales a causa de la bajada de los precios del petróleo, puede ser explosiva. Los bancos centrales se están empleando a fondo para evitar más de un quebranto de campanillas.
En alguna medida, el fantasma de una nueva crisis financiera ha rondado en las últimas horas por los mercados europeos, en los que la reacción más visible ha sido la tendencia de los inversores en busca de refugios seguros. La renta fija pública alemana ha sido, en los últimos días, aunque de modo especial este lunes, la tabla de salvación a la que se han acogido muchos náufragos del mercado. Los bonos alemanes a diez años han recortado su rentabilidad (la rentabilidad cae cuando la demanda de estos títulos sube y los precios de los activos se disparan al alza) hasta niveles que no se veían desde hace tiempo, en torno al 0,23%, mientras el bono español de las mismas características ha subido un poco, hasta el 1,76%.
Es decir, la distancia entre ambos (la denominada prima de riesgo) se ha disparado al alza, hasta rebasar los 150 puntos básicos. Esta ampliación de la prima de riesgo se ha producido sobre todo por la caída de los tipos de interés alemanes, es decir, por la fortaleza del bono de este país, que se ha convertido en el punto de amarre más buscado por los inversores que este lunes apostaban en favor de la seguridad de forma desesperada, comprando a toda prisa bonos del país germánico, cuya solidez tras varios años de disciplina financiera bien gestionada es capaz de atraer capitales de todos los rincones.


(*) Periodista y economista español


No hay comentarios:

Publicar un comentario