QUITO.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, propuso hoy un cambio en las
relaciones de poder y en las estructuras vigentes para resolver la
pobreza socioeconómica en el mundo.
El mandatario enfatizó en la importancia de invertir en lo social, para
sacar adelante a un país, pues los enfoques tradicionales para medir la
pobreza son bastante limitados y en varios aspectos equivocados al
asociar altos ingresos al bienestar del ser humano.
Cómo medimos las cosas influencia la política pública, a quién atendemos, a quién dejamos de atender, ante eso debemos ser capaces de romper con las inercias conceptuales y someter a rigurosa revisión los paradigmas utilizados para conceptualizar y medir, recomendó.
Al explicar las inconsistencias y deficiencias de los paradigmas tradicionales, el estadista justificó la necesidad de innovar y plantearse nuevas formas de medir la pobreza para poder combatirla con mayor eficacia.
Correa defendió el planteamiento de paradigmas y métricas alternativas durante la presentación del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), una nueva herramienta de medida elaborada en Ecuador con la colaboración de la directora de la Iniciativa de Desarrollo Humano y Pobreza de Oxford, Sabina Alkire.
Hay países en la región que son campeones en crecimiento, vean si el nivel de vida ha mejorado, cuestionó el economista de profesión.
Para el dignatario, el objetivo de la sociedad no está en la acumulación de recursos y la posesión de bienes, sino en vivir una vida plena y feliz, y explicó la estrecha relación de lo material con las capacidades, o sea, lo que la persona sea capaz de hacer con los bienes en su posesión.
Según explicó, el nuevo índice entiende la pobreza como la falta de realización de los derechos o libertades asociados a la concepción del buen vivir.
Definir a la pobreza en el espacio de las capacidades o de los derechos tiene implicaciones fundamentales para su medición, la más relevante es la multidimensionalidad, expuso.
Los enfoques de capacidad y derecho se preocupan de una pluralidad de aspectos de la vida de los seres humanos en sus contextos sociales, agregó.
El nuevo IPM mide esencialmente las dimensiones: Educación; Trabajo y seguridad social; Salud, agua y alimentación, Hábitat y vivienda, junto a otros indicadores.
De acuerdo con el estadista y académico, Ecuador es uno de los países de América Latina que más ha reducido la pobreza y la desigualdad, pues -según estudios- del año 2009 hasta la actualidad el índice de pobreza multidimensional se redujo de un 51 a un 35 por ciento.
A criterio de Correa, la pobreza también es fruto de la mala distribución de los recursos, por ello insistió en la igualdad de oportunidades para todos, en el acceso al conocimiento, a la salud y la educación gratuitas, ahora garantizadas por la Constitución elaborada durante su gobierno.
La tarea no es contar pobres, sino erradicar la pobreza, subrayó.
Cómo medimos las cosas influencia la política pública, a quién atendemos, a quién dejamos de atender, ante eso debemos ser capaces de romper con las inercias conceptuales y someter a rigurosa revisión los paradigmas utilizados para conceptualizar y medir, recomendó.
Al explicar las inconsistencias y deficiencias de los paradigmas tradicionales, el estadista justificó la necesidad de innovar y plantearse nuevas formas de medir la pobreza para poder combatirla con mayor eficacia.
Correa defendió el planteamiento de paradigmas y métricas alternativas durante la presentación del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), una nueva herramienta de medida elaborada en Ecuador con la colaboración de la directora de la Iniciativa de Desarrollo Humano y Pobreza de Oxford, Sabina Alkire.
Hay países en la región que son campeones en crecimiento, vean si el nivel de vida ha mejorado, cuestionó el economista de profesión.
Para el dignatario, el objetivo de la sociedad no está en la acumulación de recursos y la posesión de bienes, sino en vivir una vida plena y feliz, y explicó la estrecha relación de lo material con las capacidades, o sea, lo que la persona sea capaz de hacer con los bienes en su posesión.
Según explicó, el nuevo índice entiende la pobreza como la falta de realización de los derechos o libertades asociados a la concepción del buen vivir.
Definir a la pobreza en el espacio de las capacidades o de los derechos tiene implicaciones fundamentales para su medición, la más relevante es la multidimensionalidad, expuso.
Los enfoques de capacidad y derecho se preocupan de una pluralidad de aspectos de la vida de los seres humanos en sus contextos sociales, agregó.
El nuevo IPM mide esencialmente las dimensiones: Educación; Trabajo y seguridad social; Salud, agua y alimentación, Hábitat y vivienda, junto a otros indicadores.
De acuerdo con el estadista y académico, Ecuador es uno de los países de América Latina que más ha reducido la pobreza y la desigualdad, pues -según estudios- del año 2009 hasta la actualidad el índice de pobreza multidimensional se redujo de un 51 a un 35 por ciento.
A criterio de Correa, la pobreza también es fruto de la mala distribución de los recursos, por ello insistió en la igualdad de oportunidades para todos, en el acceso al conocimiento, a la salud y la educación gratuitas, ahora garantizadas por la Constitución elaborada durante su gobierno.
La tarea no es contar pobres, sino erradicar la pobreza, subrayó.
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