LISBOA.- Los presupuestos
generales de Portugal para 2016, considerados antiausteridad, unieron
por primera vez en los más de 40 años de democracia lusa, a la izquierda
moderada y radical que, juntas, aprobaron hoy el polémico documento.
El gubernamental Partido Socialista (PS) obtuvo hoy el respaldo de
sus socios del Bloque de Izquierda y del Partido Comunista (PCP) para
sacar adelante la primera versión del presupuesto, que será ahora
enviada a varias comisiones, en las que se elaborará la versión
definitiva que se votará en marzo.
Tras esa segunda votación, el texto deberá ser sancionado por el presidente de la República para su entrada en vigor.
El documento se aprobó hoy en el Parlamento por mayoría absoluta,
gracias a los votos a favor del PS (86 diputados), el Bloque (19) y
comunistas y verdes (17).
En contra votaron los parlamentarios de los centro-derechistas
Partido Social Demócrata (PSD) y CDS-PP, las dos formaciones que
gobernaron en la anterior legislatura (2011-2015), periodo en el que
pusieron en marcha drásticos recortes por las exigencias del rescate
financiero de Portugal.
El único diputado del Partido de los Animales y las Personas (PAN) se abstuvo.
Este presupuesto es "fruto del diálogo social, parlamentario y
europeo. Supone un pasar de página de la austeridad. Devuelve
rendimientos a las familias, crea mejores condiciones para que las
empresas inviertan y permite al Estado reducir el déficit y la deuda
pública", dijo hoy durante el debate el primer ministro, el socialista
António Costa.
El documento contiene varias medidas que suavizan la austeridad de
los años del rescate financiero (2011-2014), entre ellas la devolución
de los recortes salariales a los funcionarios públicos, la subida
modesta de las pensiones más bajas y la eliminación de un impuesto
extraordinario en el 90 % de las nóminas.
Para compensar los gastos, el Gobierno de Costa subirá los impuestos
en la compra de automóviles, los combustibles, el tabaco y en el sector
bancario, y restringirá la contratación de funcionarios públicos.
Este presupuesto ha sido criticado por la oposición centro-derechista
y visto con cierta desconfianza por la Comisión Europea (CE) que,
finalmente y al igual que el Eurogrupo, le dio luz verde con reservas.
De hecho, el Gobierno socialista tuvo que modificar el borrador
original, enviado en enero, por petición de Bruselas, que forzó a Lisboa
a ahorrar 1.000 millones de euros más con respecto al primer texto.
Además, el Eurogrupo exigió al Ejecutivo luso que contase con un "plan B" en caso de que falle el presupuesto hoy aprobado.
"Se trata de un regalo envenenado para los portugueses, que deja al
país más vulnerable a las crisis exteriores", alertó Pedro Passos
Coelho, actual líder de la oposición en Portugal y antecesor de Costa
como primer ministro (2011-2015).
El dirigente conservador, que se mostró favorable a una devolución de
los recortes gradual y no de una vez, acusó a los socialistas de "dar
marcha atrás" a la "confianza" lograda por su Gabinete y puso como
ejemplo la escala sobre la penalización de la deuda lusa.
Los socios del moderado Partido Socialista, el Bloque de Izquierda
(aliado en la UE a los partidos español Podemos y griego Syriza) y el
ortodoxo PCP justificaron su apoyo al presupuesto, por tratarse de un
texto que da un primer paso para eliminar la austeridad.
Los comunistas pusieron, no obstante, en una situación complicada al
Ejecutivo, cuando le cuestionaron si está dispuesto a iniciar trámites
para renegociar la deuda pública, una de las más alta de la zona euro
(en torno al 130 % del PIB).
Portugal "no suscitará" el debate, pero se encuentra "abierto" a
formar parte de él cuando "se concrete en términos europeos", aclaró el
ministro de Finanzas, Mário Centeno.
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