WASHINGTON.- El presidente
estadounidense, Barack Obama, desveló hoy la que será su última
propuesta presupuestaria al frente del gobierno, con la que trata de
definir las prioridades del "futuro" del país, con la agenda del cambio
climático, las inversiones domésticas y el combate al terrorismo global
como prioridades.
"Es una hoja de ruta hacia un futuro que encarna los valores y
aspiraciones de Estados Unidos: un futuro de oportunidad y seguridad
para nuestras familias; un mayor nivel de vida; y un planeta sostenible y
en paz para nuestros hijos", explicó el mandatario en el texto del
documento.
El plan presupuestario, con un valor de 4,1 billones de dólares,
tiene más peso político que económico, puesto que el Congreso
estadounidense, controlado por los republicanos y en pleno año
electoral, está decidido a no conceder al presidente demócrata saliente
un respiro.
Minutos después de conocerse la propuesta, el presidente de la Cámara
de Representantes, el republicano Paul Ryan, tachó el documento como
"un manual progresista".
"Una serie de planes de la extrema izquierda que aumentaría la deuda
del país, sofocaría el crecimiento de los salarios y la creación de
empleo, y subir impuestos a millones de trabajadores estadounidenses",
indicó Ryan en un comunicado.
La propuesta de Obama, que dejará la Casa Blanca a comienzos del
próximo año, se basa en un optimista panorama económico de sólido
crecimiento.
Las previsiones macroeconómicas incluidas en el documento sitúan una
tasa de crecimiento del 2,6 % en este año y en 2017, y pronostica que
los déficit fiscales se mantendrán por debajo del 2,5 % del PIB en la
próxima década.
El desempleo, que cerró enero en el 4,9 %, la tasa más baja en 8
años, se mantendría en niveles de pleno empleo en los próximos cinco
años.
El plan contempla el ya adelantado impuesto de 10 dólares al barril
de petróleo, que ingresaría 320.000 millones de dólares en diez años,
para financiar diversos proyectos de energías limpias e inversión en
infraestructuras en Estados Unidos.
Así como una partida adicional de 19.000 millones de dólares para
reforzar la ciberseguridad, un 35 % más que lo previsto en el ejercicio
anterior.
En materia de investigación y desarrollo, el presupuesto de Obama
para el año fiscal 2017, que comienza el 1 de noviembre de este año,
establece dedicar 150.000 millones de dólares a lo largo de la próxima
década, un 6 % más que lo planteado en 2016, en sectores como el
biomédico y exploración espacial.
Uno de los programas estrella es encabezado por el vicepresidente,
Joseph Biden, quien pidió en octubre pasado la misma determinación para
curar el cáncer que para conquistar el espacio y para lo que se ha
destinado una partida de 1.000 millones de dólares.
El presupuesto de defensa para el Pentágono se vería incrementado un 1
%, hasta los 582.700 millones de dólares, algo que los republicanos ya
han considerado escaso para amenazas como el ascenso del Estado Islámico
(EI) en Siria e Irak, la continuada presencia de tropas en Afganistán y
la necesaria modernización de las fuerzas armadas, implicadas en
operaciones de guerra desde 2001.
Mientras que el Departamento de Estado recibiría 50.100 millones de
dólares, entre los que se incluirían 4.000 para "estabilizar"
comunidades liberadas del control del EI en Irak y Siria, más de 950
millones para contrarrestar la "agresión" rusa en Ucrania; y una partida
de 750 millones de dólares más de ayuda a Centroamérica,
fundamentalmente para frenar la inmigración ilegal procedente de esa
región.
La pasada semana, en una clara declaración de intenciones, los
líderes republicanos en el Congreso ya señalaron que no invitarían a
ningún funcionario del gobierno a testificar sobre la propuesta por
considerarlo "una pérdida de tiempo".
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