FRÁNCFORT.- Los riesgos que afrontan el
crecimiento y la inflación de la zona euro están aumentando, mostraron
las actas de la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo
en enero, y algunos de sus integrantes defienden la necesidad de actuar
de forma preventiva ante nuevas amenazas.
La inflación baja podría perpetuarse y el débil
incremento de los salarios ya sugiere que los alicaídos precios del
crudo están afectando otros costes. En tanto, las turbulencia financiera
en China también empaña el panorama debido a que aumentó el riesgo de
un desplome económico, afirmó el BCE esta semana.
Aunque el BCE mantuvo los tipos de interés sin cambios
en enero, prometió revisar y posiblemente recalibrar sus políticas el 10
de marzo, en un comentario que los mercados interpretaron como que es
altamente probable que alivie aún más su política monetaria.
Analistas consultados en un sondeo esperan
que el BCE recorte la tasa de depósitos en 10 puntos básicos y que
ajuste el programa de compras de bonos de 1,5 billones de euros en su
reunión de política monetaria de marzo, mientras que los mercados
calculan recortes de tipos de más de 20 puntos básicos este año.
"Un crecimiento menor a lo previsto de los salarios,
junto a un declive de las expectativas inflacionarias, podrían señalar
mayores riesgos de efectos secundarios", sostuvo el BCE en las actas de
su reunión del 21 de enero.
El BCE está tratando de impulsar la inflación,
actualmente en cerca de cero, hacia un 2 por ciento, pero los precios
bajos de la energía, la debilidad del crecimiento y la exigua expansión
del crédito mantendrían a la inflación bastante por debajo de la meta
durante años.
Aunque contrarrestar el impacto por los precios del
crudo es difícil, el BCE está intentando lidiar con los llamados efectos
secundarios por los costes del petróleo por temor a que el bajo nivel
de inflación se vuelva permanente.
"Se hizo mención a que en una situación en que los
riesgos son predominantemente a la baja y están emergiendo nuevos
riesgos a la baja, sería preferible actuar en forma preventiva (...) en
vez de esperar hasta después que se hayan materializado por completo",
afirmó el BCE.
"Desviaciones más duraderas (de la meta de inflación)
podrían ser malinterpretadas como una falta de disposición a actuar o
como una falta de efectividad de la política monetaria", agregó.
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