LONDRES.- El espacio es algo más reducido que antes, pero en el círculo de asientos de cuero rojo donde se negocian los precios del cobre, el aluminio o el zinc reina la misma animación folclórica. Los equipos que trabajan en la nueva sede de la London Metal Exchange (LME), primera bolsa mundial de metales no ferrosos, están ahora en el mismo edificio, de tres pisos.
"En el
LME había 82 personas en 2011 y actualmente son 350. Hemos decidido
poner a todos en el mismo edificio, en lugar de tres como hasta ahora",
explica a un grupo de periodistas el presidente de esta institución,
Garry Jones.
El verdadero desafío de esta mudanza consistía en
reconstruir el célebre 'Ring', último mercado "a viva voz" de Europa y
emblema del LME, donde unos cincuenta 'brokers' pujan a fuerza de
pulmón, todos los días entre las 11:40 y las 17:00.
"El Ring
original tenía dos niveles, pero pudimos crear los volúmenes necesarios
para esta sala de mercados e instalar alrededor los equipamientos
necesarios", relata el director de operaciones del LME, Stuart Sloan.
El
curioso círculo de sofás de cuero rojo ya se mudó tres veces desde su
creación en 1877 encima de una tienda de sombreros de Londres, pero
sigue funcionando según las tradiciones, ignorando la irrupción del
comercio electrónico que se impuso en los mercados de Estados Unidos.
En el Ring, 'brokers' de carne y hueso, vestidos de traje y corbata, siguen dando directamente las órdenes de compra y venta.
"El Ring no cerrará", proclama Garry Jones.
La Bolsa de Hong Kong, al comprar el LME en 2012, prometió mantener esa tradición al menos hasta 2015 y en 2014 la prolongó por tiempo indefinido.
Jones explica que el LME consigue satisfacer demandas diversas.
"Somos
un mercado industrial, (donde) la gente comercia de modos diferentes",
señala, citando el ejemplo de los productores de metales que prefieren
operar a través de los miembros del Ring y no del sistema electrónico.
La
nueva sala tiene en cuenta esa diversidad y fue diseñada como una
"estructura integrada" que permite la conexión de los mercados físico,
telefónico y electrónico, subraya Sloan. "Los mercados funcionan en
simbiosis y eso debe hacerlos más eficaces", insiste el director de
operaciones del LME.
Ciertas concesiones a la modernidad, de
todos modos, eran inevitables. Los 'brokers', ahora, pueden vigilar en
pantallas las cotizaciones de mercados de otros productos.
Los
sofás del Ring están reservados a los miembros del LME de categoría 1.
Los miembros de la categoría 2 pueden realizar transacciones a través de
LMEselect, la plataforma electrónica de esta bolsa de futuros, o por
teléfono.
Actualmente hay nueve corredurías admitidas en la
categoría 1, como Sucden Financial, Triland Metals o la china GF
Financial Markets (UK).
Las cotizaciones de los metales negociados
-esencialmente cobre, aluminio, níquel, estaño, zinc y plomo- se
deciden diariamente en pocos minutos, en función de las órdenes de
compra y venta.
Y cuando el griterío se vuelve ensordecedor, los
'brokers' se hacen entender con gestos de manos que parecen esotéricos
para cualquier lego en la materia.
"Así se consigue reducir el
nivel sonoro y obtener rápidamente ganancias sobre las órdenes de
venta", indica Peter Childs, responsable de fijación de precios del LME.
No hay comentarios:
Publicar un comentario