WASHINGTON.- La gobernadora de la
Reserva Federal (Fed), Lael Brainard, reconoció que el ritmo de
ajuste monetario en EEUU puede verse afectado por la debilidad de la
demanda global, y reducir el número de alzas de tipos de interés
previstos para 2016.
"A medida que nos ajustamos a la evolución de los datos, la
combinación de elevados efectos de contagio de las economías extranjeras
más débiles, así como un tasa neutral más baja, podría resultar en un
ritmo de ajuste en EEUU más bajo respecto a lo que muchos habían
previsto", señaló Brainard en una conferencia sobre política monetaria
en Nueva York.
En las últimas semanas, varios miembros de la Fed han expresado sus
dudas sobre los pronósticos del banco central estadounidense de llevar a
cabo cuatro subidas de tipos a lo largo de 2016 debido a la volatilidad
financiera, la fragilidad de las economías emergentes y sombras sobre
la economía de China.
Brainard, quien cuenta con voto fijo en las reuniones del Comité
Federal de Mercado Abierto de la Fed, aseguró que "el difícil comienzo
del año debería ser un empujón a una mayor coherencia y claridad en las
políticas" en busca del "objetivo común de fortalecer la demanda
global".
La funcionaria de la Fed, que hasta hace dos años ocupó el cargo de
subsecretaria de Asuntos Internacionales del Tesoro, insistió en la
necesidad de una mayor coordinación internacional, y de que las
economías con superávit fiscal utilicen este espacio para estimular la
demanda.
"En algunas economías hay margen para que la política monetaria sea
más efectiva con la política fiscal trabajando en la misma dirección",
agregó Brainard.
Precisamente, este fin de semana se celebra en Shangai la reunión
ministerial de G-20, en la que se analizan los riesgos de una
recuperación global todavía muy vulnerable.
La próxima reunión de la Fed está prevista para el 15 y 16 de marzo,
después de que en enero el banco central estadounidense mantuviese sin
cambios las tasas de interés entre el 0,25 % y el 0,50 %.
En diciembre de 2015, el organismo dirigido por Janet Yellen elevó
por primera vez los tipos desde 2006, con el argumento de la
consolidación de la recuperación económica.
Mientras la Fed encara un gradual ajuste monetario, los bancos
centrales europeo y japonés han situado las tasas en terreno negativo
para alentar la actividad económica, lo que ha provocado preocupación
entre los analistas.
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