Este mes de febrero del año 2016 va a marcar un hito histórico en la
vida de Wall Street y en general del mundo empresarial a nivel global.
Las cuatro mayores compañías cotizadas en la principal Bolsa del mundo
son empresas tecnológicas. Es un hecho sin precedentes, ya que la
tecnología ha irrumpido en el mundo empresarial y en la vida cotidiana
para impregnar todas las actividades, lo que se traduce en el
lanzamiento de productos y servicios de uso masivo y por lo tanto en
elevados niveles de facturación. Y a la postre, en valor de mercado.
Hay, no obstante, un punto negro en la actividad de las grandes
tecnológicas y es su escasa conciencia fiscal en relación con los
sistemas tributarios de algunos países europeos, en donde han sufrido
crecientes encontronazos, abriendo una etapa de litigiosidad de difícil
desenlace, entre otras cosas porque las fronteras de la actividad
empresarial de las compañías de la denominada “nueva economía” son
altamente difusas y abiertas a un amplio abanico de interpretaciones.
El ascenso a las primeras posiciones de valoración empresarial de las
compañías tecnológicas coincide con el hundimiento del precio del
petróleo, razón por la cual las empresas líderes mundiales del petróleo
se han derrumbado con retrocesos en sus ingresos de hasta el 50% y, por
lo tanto, con caídas en la misma proporción en sus beneficios y en su
valoración bursátil. Sin la caída del precio del crudo, este ascenso de
las empresas tecnológicas a la cúspide del mundo empresarial se habría
producido también, aunque posiblemente de forma algo más lenta.
El liderazgo por capitalización en la Bolsa de Wall Street ha sufrido
estos días dos alteraciones sustanciales. Por un lado, las cuatro
primeras empresas por valor de mercado son ya, desde esta semana,
compañías tecnológicas, ya que a las tres que ya ocupaban desde hace
meses esas posiciones de privilegio (hasta ahora, y por orden, Apple,
Google y Microsoft) acaba de unirse la cuarta estrella ascendente del
firmamento tecnológico, la red social Facebook, empresa que apenas tiene
unos pocos años de vida y que aterrizó en Bolsa hace sólo 4 años. Pues
bien, esta semana, Facebook se ha convertido en la cuarta mayor empresa
de la Bolsa americana por valor bursátil, desplazando a Exxon a la
quinta posición (por el momento) y pisándole los talones a Microsoft. La
caída de Exxon ha sido tan acelerada como el retroceso del precio del
petróleo y como la velocidad de subida de Facebook.
La otra novedad importante en la cabecera de las empresas líderes se
ha producido también esta semana que acaba de comenzar, con la elevación
de Google (ahora redenominada Alphabet) a la primera posición, con un
valor en Bolsa de unos 550.000 millones de dólares. Google ha desplazado
de la primera plaza a Apple, la empresa del iPhone, que se ha
conformado con mantener un valor bursátil de unos 530.000 millones de
dólares. Los buenos resultados de Google el pasado año, conocidos este
lunes, con beneficios superiores a los 15.800 millones de dólares (unos
14.600 millones de euros), han facilitado su ascenso a la cabecera de la
clasificación. El reinado de Apple al frente del pelotón de grandes
empresas mundiales ha durado poco, ya que había ascendido a esa primera
plaza en el verano del año 2011, desplazando a la petrolera Exxon.
El resto de las diez piezas más importantes del firmamento
empresarial está integrado por Exxon (ahora, en quinta posición, aunque
con tendencia a la baja), el grupo inversor Berkshire Hathaway (un
conglomerado de participaciones empresariales impulsado por el
empresario Warren Buffet), Amazon, General Electric, Johnson &
Johnson y la financiera Wells Fargo. Con Amazon, uno exponente también
de la nueva economía, serían por lo tanto cinco las empresas del nuevo
quehacer empresarial relacionado con la tecnología las que coparían las
primeras plazas por valor en Bolsa. Toda una revolución que poco a poco
ha ido transformando la piel de la vida económica de Estados Unidos y
del mundo en general.
(*) Periodista y economista español
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