domingo, 7 de febrero de 2016

Oligarcas o reformistas neoliberales, esa es la cuestión en Ucrania

MOSCÚ.- La reciente renuncia de un grupo de ministros neoliberales ante la presión de oligarcas ucranianos reacios a abrir el control de los recursos nacionales al capital extranjero evidencia hoy una crisis solapada por la guerra en el Donbass. 

El caso más relevante es el del titular de Economía y Comercio, el lituano Nacionalizado ucraniano Aivaras Abromavicius, quien ante la prensa denunció los obstáculos que encuentra en altos cargos de la coalición gobernante para impulsar las reformas comprometidas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los monopolios trasnacionales.

Al opinar sobre este asunto, la norteamericana Elizabeth Pond, autora de varios libros sobre la Unión Soviética, Alemania y la Unión Europea, consideró que con la renuncia de Abromavicius el enfrentamiento entre reformistas y oligarcas se produjo "antes de lo esperado".

La también periodista y bloguera dijo a la agencia de noticias ucraniana Unian que Kiev enfrenta la difícil disyuntiva de diluirse en las guerras entre oligarcas, o pese a todo realizar las reformas prometidas a quienes patrocinaron el golpe de estado del 22 de febrero de 2014.

En su criterio, los clanes oligárquicos en conflicto, tanto dentro del Gobierno como fuera del Ejecutivo, últimamente comenzaron a tranquilizarse por la relativa tregua de los combates en el Donbass (sureste del país) y decidieron que pueden retornar a su acostumbrada beligerancia en busca de las esferas de influencia.

Pond reconoció el carácter positivo del frágil armisticio entre las tropas de Kiev y los milicianos, pues permite al país concentrarse en avanzar en reformas exigidas por el FMI, pero advirtió sobre una influencia negativa vinculada con los magnates, quienes pueden volver a su acostumbrado enfrentamiento por el control de la economía.

En tanto, el presidente de la Rada Suprema (Parlamento unicameral de Ucrania), Volodymyr Groisman, admitió que la reciente renuncia de cuatro ministros de la esfera económica por voluntad propia marca la entrada del país en una grave crisis política.

Junto a Abromavicius, dimitieron la semana anterior Andrei Pivovarskiy (Infraestructura), Aleksey Pavlenko (Política Agraria) y Yuriy Stets (Política de Información), aunque los últimos tres retiraron la renuncia tras una reunión extraordinaria del gabinete de ministros.

Según Groisman, los representantes de los partidos políticos junto con el mandatario Petro Poroshenko deben hacer todos los esfuerzos para estabilizar la situación, y personalmente prometió celebrar consultas con las diferentes fracciones parlamentarias para resolver este problema.

Agregó el jefe de la Suprema Rada que en virtud de los reiterados problemas en el acuerdo de la coalición mayoritaria es necesario actualizar el acuerdo de esa alianza y renovar el Gobierno.

Instó a no pensar en "apellidos" sino en designar a personas capaces de resolver los problemas que el país espera, y en tal sentido llamó a los políticos a tener madurez.

Comentó que la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania (ONAU) debe evaluar rápidamente la denuncia de Abromavicius sobre la presión del primer vicejefe de la facción Bloque de Petro Poroshenko, Ígor Kononenko.

Si no se prueba alguna acusación relacionada con Kononenko, al menos se debe exigir responsabilidad, subrayó Groisman.

Por su parte, Poroshenko informó en Facebook que habló con Abromavicius para que continúe al frente de la cartera de Economía y Comercio.

Señaló que de su parte el apoyo a las reformas del titular de Economía está garantizado también en lo adelante.

Respecto a Kononenko, uno de los hombres fuertes en el partido que lleva su nombre, Poroshenko dijo que se dirigió a la ONAU para facilitar la investigación.

Al presentar su renuncia en rueda de prensa, Abromavicius sostuvo que ni él ni su equipo desean ser "cubierta para la flagrante corrupción, marionetas controladas por aquellos" que quieren establecer el control sobre los fondos estatales. Uno de esos nombres es el de Ígor Kononenko, precisó el denunciante.

Una advertencia desde Washington envió a Kiev a través de una teleconferencia la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, quien expresó "preocupación" por la situación en Ucrania respecto a la denuncia de Abromavicius y a los préstamos pendientes del organismo internacional, promotor de las privatizaciones neoliberales.

"Si las acusaciones que hizo al anunciar su dimisión son fidedignas, entonces es obviamente una señal de que las medidas de lucha contra la corrupción, por las que ha abogado firmemente el gobierno, aún no funcionan, y es necesario lograr un mayor progreso en esta área", concluyó la jefa del FMI.

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