domingo, 20 de marzo de 2016

Obama apuesta al "softpower" con Cuba

WASHINGTON/LA HABANA.- Con su histórico viaje a Cuba, el presidente estadounidense, Barack Obama, logra añadir un capítulo clave a su enfoque de Estados Unidos como una potencia que impulsa el "softpower", una política más suave que en el pasado, tal cual ocurrió también con el pacto nuclear con Irán.

    La visita a La Habana, y los encuentros en agenda durante ese viaje, cierran nada menos que 55 años de guerra fría entre Washington y la isla caribeña.
    Teniendo como telón de fondo a un mundo cada vez más multipolar, Obama impulsa de esta manera el diálogo y no la contraposición, las tratativas y los acuerdos en lugar de las sanciones, económicas o de otro tipo.
    La Casa Blanca prefiere en otras palabras promover una diplomacia de la distensión: de hecho, una revolución en la proyección y la percepción que el planeta tiene de la superpotencia estadounidense.
    Con su visita a Cuba, y luego a Argentina, Obama lanza una clara señal a toda la región latinoamericana, donde a lo largo de décadas Washington se movía a partir de intereses económicos que eran defendidos incluso con golpes militares y el apoyo a dictaduras. Lo que en otras palabras está haciendo ahora Obama es, por un lado, hacer marcha atrás y por otro desafiar a los republicanos, visto que su "desembarco" en tierra cubana coincide con una fase clave de la larga campaña electoral estadounidense.
    Los sondeos le dan la razón, visto que la mayoría de los estadounidenses está a favor del diálogo con la isla del presidente cubano, Raúl Castro.
    Tras meses de tratativas secretas en Canadá, muy lejos de toda mirada indiscreta y con la mediación clave del Papa argentino, en noviembre del 2014 Cuba y Estados Unidos lanzaron el proceso de deshielo que debería culminar en una normalización de las relaciones bilaterales.
    La esperanza es que los cambios concretos para la isla y su población sean impulsados por la apertura económica, hecho que debería llevar a una mejoría en la calidad de la vida de la gente.
    Este proceso podría a su vez poner bajo presión al gobierno de Raúl Castro, teniendo en cuenta entre otros elementos que dentro de dos años el Congreso del Partido Comunista dará quizás luz verde a una nueva generación de dirigentes en la isla.
    Y por otra parte, durante su visita de estos días a la isla, Obama se reunirá sólo con Raúl, no con Fidel Castro, ícono de la revolución anti-estadounidense de estos años.
    En el plano interno, para Obama la "apuesta" de su viaje a Cuba tiene una consistente cuota de riesgos. Por ejemplo, el de dejar el flanco abierto a críticas dentro de Estados Unidos sobre el complejo tema del respeto de los derechos humanos en el país.
    Hay otros dos temas sensibles sobre la mesa. El de Guantánamo, base en territorio cubano que Obama quiere cerrar, y el del largo -casi infinito- embargo anti-Cuba de Estados Unidos, cuestión que muy difícilmente será resuelta por un Congreso dominado por los republicanos.
    De una u otra manera Obama tendrá con este viaje la oportunidad de medir su popularidad en Cuba.


Obama llega a La Habana

El presidente Barack Obama inició hoy su anunciado recorrido por el casco histórico de esta capital, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982.

Bajo una pertinaz llovizna y acompañado por su esposa, Michelle Obama, y sus hijas Malia y Sasha, Obama inició su periplo habanero en la Plaza de Armas, guiado por el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal.

Asimismo, vislumbró y se interesó por otras construcciones de relevancia histórica como el Palacio de los Capitanes Generales, sede del gobierno cuando Cuba era colonia de España.

Como parte del recorrido visitó la Catedral de La Habana, un templo de gran valor arquitectónico, religioso y cultural, sede de la Arquidiócesis de la Iglesia Católica en la ciudad.

Obama llegó a la isla en la tarde de este domingo para realizar una histórica visita de tres días, la primera de un mandatario de su país en casi 90 años, después que el republicano Calvin Coolidge asistiera a la Sexta Conferencia Anual Internacional de Estados Americanos, celebrada en La Habana en enero de 1928.

En el Aeropuerto Internacional José Martí de esta capital, el jefe de Estado fue recibido bajo una ligera lluvia por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, y otros funcionarios cubanos y estadounidenses.

La visita del mandatario norteamericano a la nación caribeña constituye un momento importante del proceso que se inició el 17 de diciembre de 2014, cuando los presidentes Obama y Raúl Castro anunciaron la decisión de restablecer las relaciones diplomáticas tras más de 50 años de ruptura.

Ambos dignatarios sostuvieron encuentros oficiales durante la VII Cumbre de las Américas en Panamá y en la sede de Naciones Unidas, en abril y septiembre de 2015, respectivamente.

Las dos naciones reanudaron sus relaciones diplomáticas el 20 de julio de 2015 y convirtieron en embajadas las secciones de intereses que funcionaban en las respectivas capitales.


Alrededor de 40 congresistas acompañan al presidente estadounidense. Entre los legisladores están la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y sus correligionarios del Senado Dick Durbin y Patrick Leahy, además del senador republicano Jeff Flake, quienes viajaron junto al mandatario.

El resto de los congresistas, entre ellos, los senadores republicanos Amy Klobuchard y Mark Sanford y los representantes demócratas Charles Rangel y Rosa DeLauro, viajaron en un vuelo aparte, que llegó minutos antes al aeropuerto internacional José Martí.

Obama y su comitiva arribaron alrededor de las 16:20 horas (local) unas tres horas después de que el avión Air Force One despegase de la base aérea de Andrews, en el estado de Maryland, en las proximidades de la capital norteamericana.

En reiteradas ocasiones el jefe de la Casa Blanca pidió a los congresistas que levanten las sanciones unilaterales contra la isla, porque dicho órgano legislativo es el único facultado para eliminarlas, aunque el mandatario tiene prerrogativas para poner fin a una buena parte de ellas.

Las autoridades cubanas consideran que el principal escollo a la normalización de las relaciones entre las dos naciones es el bloqueo económico, comercial y financiero que Washington mantiene contra Cuba desde hace más de medio siglo.

Para lograr una mejoría sustancial de las relaciones bilaterales, el Gobierno de la isla demanda además que se le devuelva el territorio ilegalmente ocupado por la base naval de Guantánamo, el cese de las transmisiones ilegales, así como el abandono de los programas subversivos -aún vigentes, pero con nuevos métodos- que pretenden cambiar el sistema político social de la isla. 


Es el momento justo para venir

"Es el momento justo para venir a Cuba y poner en marcha un proceso de cambio, conscientes de que este cambio no puede ser de la noche a la mañana", dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, en una entrevista con la red ABC donde habló de su histórica visita a la isla.

    "Todavía hay significativas diferencias sobre derechos humanos y libertades civiles -agregó, a pocas horas de reunirse con el presidente cubano Raúl Castro- pero esta visita debe aprovechar lo mejor posible nuestra capacidad de impulsar al cambio".

No hay comentarios:

Publicar un comentario