NUEVA YORK.- La inversión inmobiliaria a
escala mundial superará el billón de dólares (900.000 millones de euros)
en 2020 por efecto del envejecimiento de la población, lo que supone a
un 42,8% más respecto a los 700.000 millones de dólares (630.000
millones de euros) registrados en 2015.
Así consta en el último informe publicado este martes por JLL,
compañía de servicios financieros y profesionales especializada en el
sector inmobiliario, que señala que el envejecimiento de la población
mundial impulsará un 30% el volumen de inversión inmobiliaria mundial de
aquí a 2020.
También se prevé que los inversores institucionales
incrementen su cuota de mercado, que actualmente se encuentra en el 20%,
debido a la necesidad de responder a los requisitos de inversión de una
población mundial más envejecida.
Los principales actores de esta tendencia serán los inversores
internacionales y se prevé que la actividad transfronteriza supere el
50% del conjunto de la actividad de inversión de cara a 2020, por encima
de los 500.000 millones de dólares (450.000 millones de euros) anuales.
El principal incremento estará protagonizado por los flujos de capital
entre regiones.
El director de análisis de mercados de capitales mundiales de JLL, David Green-Morgan, explica que, de cara a 2050, el número de personas con más de 55 años
superará a la población mundial total de 1950. Este acontecimiento
demográfico tendrá un "profundo efecto" en las estrategias de inversión
inmobiliaria y todo parece indicar que los volúmenes provenientes del
capital riesgo destinados a inversiones inmobiliarias directas
aumentarán en más de un 500%.
"Gran parte de estos flujos estarán impulsados por el aumento
de las asignaciones de inversores institucionales en busca de
oportunidades de mayor rendimiento", añade.
El estudio señala que los mercados de inversión inmobiliaria
han acogido diversas tendencias innovadoras en la última década al
tratarse de un sector que se ha tornado "verdaderamente internacional",
que se han visto favorecidas "por el flujo estable de rentas que genera
esta clase de activos y al atractivo de unas carteras diversificadas, un
riesgo inferior y una protección frente a la inflación".
Asimismo, indica que la definición de inversión inmobiliaria
se ha ido ampliando hasta incluir en la actualidad activos vinculados a
la salud, la atención a la tercera edad, las residencias de estudiantes,
las promociones residenciales, la deuda inmobiliaria pública y privada y
la constitución de un segmento 'multifamily' más allá de Estados
Unidos.
De esta forma, en ausencia de oferta nueva y abundante, el
capital tomará nuevas vías para lograr la exposición inmobiliaria
directa que se persigue, a través de 'joint ventures', asociaciones,
fusiones y adquisiciones u otros sectores alternativos como el de la
salud, las residencias para la tercera edad y, cada vez más, el
residencial.
En este contexto, el sector inmobiliario alternativo se
perfila como una importante fuente de actividad y una oportunidad en un
panorama inversor asediado por las bajas rentabilidades y la volatilidad
de los rendimientos.
Las asignaciones se han disparado y, en 2015, se registraron
operaciones por un valor récord de 15.000 millones de libras (19.140
millones de euros) solo en el Reino Unido, lo que supone en torno a un
25% de todas las inversiones en inmuebles terciarios, frente a la cifra
de hace cinco años, que no llegaba al 10%.
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