lunes, 28 de marzo de 2016

La producción brasileña de acero se reducirá un uno por ciento este año, calcula la patronal

SAO PAULO.- Brasil producirá este año 32,92 millones de toneladas de acero bruto, con una reducción del 1,0 % con respecto a 2015, cuando la producción ya se había encogido un 1,9 %, según las previsiones divulgadas hoy por la patronal de las siderúrgicas.

Ante esa nueva reducción de la producción, las siderúrgicas brasileñas tan sólo están operando actualmente con el 60 % de su capacidad instalada, según el Instituto Acero Brasil.
"Estamos viviendo la peor crisis en la historia de la siderúrgica brasileña", aseguró el presidente ejecutivo del Instituto, Marco Polo de Mello Lopes, en la rueda de prensa en la que presentó las previsiones del sector para el año.
Según el organismo, con la reducción de la producción, las siderúrgicas intentarán adecuarse a la caída del consumo en el mercado doméstico este año, hasta una previsión de 17,42 millones de toneladas, lo que representa una disminución del 4,1 %.
"Si tenemos en cuenta los datos desde 2014, tendremos una caída acumulada del consumo del 31 %", aseguró Lopes.
El sector compensará parte de la caída del consumo interno con un aumento de sus exportaciones del 2,3 % este año, hasta 14,05 millones de toneladas.
La caída del consumo nacional reducirá las importaciones en un 38 % en volumen y en un 38,7 % en valor.
La crisis sin precedentes del sector obligará a las siderúrgicas a despedir otros 11.332 trabajadores en el primer semestre de 2016, tras haber dejado sin trabajo a 29.740 de sus empleados entre 2014 y 2015.
"Los indicadores reflejan la convergencia de factores coyunturales y estructurales que ya obligaron al sector a paralizar o desactivar 74 unidades de producción, entre las cuales cuatro plantas con hornos altos", según un comunicado de la patronal.
El Instituto considera que las crisis económica y política de Brasil han sido determinantes para la fuerte caída de la demanda de los grandes consumidores de acero de Brasil, como los sectores automotor, de máquinas y la construcción civil.
La economía brasileña, en recesión, sufrió el año pasado una contracción del 3,8 %, su peor resultado en los últimos 25 años, y los analistas prevén que este año el PIB se encogerá otro 3,6 %, con lo que el país encadenará dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde 1930.
A nivel político, Brasil enfrenta la crisis provocada por el juicio político con fines destituyentes que el Congreso intenta abrirle a la presidenta Dilma Rousseff y por el gran escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
La patronal también considera que, a nivel estructural, el sector sufre de "asimetrías competitivas" que le dificultan competir con el acero importado.
Pese al aumento de las exportaciones, los productores brasileños tienen que competir en un mercado en que hay un excedente de capacidad de producción de 700 millones de toneladas, lo que, según el Instituto, ha generado una caída de los precios y una elevación de las prácticas desleales de comercio.

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