lunes, 28 de marzo de 2016

Las aguas del río Silala incrementan la tensión entre Bolivia y Chile

SANTIAGO.- Las aguas del río Silala se convirtieron en un nuevo foco de tensión con Bolivia luego que el presidente Evo Morales amenazara con recurrir a La Haya para exigir a Chile el pago por su uso, que Santiago estima son internacionales. La Paz ya tiene un litigio en la corte internacional contra Chile por su aspiración de obtener una salida al Océano Pacífico y recuperar su condición marítima con soberanía. 

La presidenta Michelle Bachelet reaccionó hoy duramente a las palabras de Evo Morales que fueron escalando el fin de semana y que ya generaron un fuerte intercambio con la cancillería chilena. En el Día del Mar, el miércoles pasado en La Paz, Morales aludió a "los temas pendientes de la agenda bilateral como el relativo al uso y aprovechamiento unilateral e ilícito por parte de Chile de las aguas bolivianas de los manantiales de Silala". Argumentó que "cada día Chile se aprovecha ilegal y arteramente de ese recurso natural sin compensar ni un centavo este acto abusivo y arbitrario que vulnera nuestro patrimonio". A su parecer, el cauce ha sido desviado artificialmente hace un siglo, a razón de 180 metros cúbicos por segundo, hacia yacimientos mineros y poblados del norte.
    La reacción de Chile vino de inmediato y el canciller Heraldo Muñoz respondió ese mismo día que "Chile no acepta amenazas ni diálogo con condiciones" y planteó que el discurso del mandatario boliviano "llama a la confusión": "Por un lado habla de diálogo y, por otro, nos dice que Bolivia va a estudiar una nueva demanda contra Chile, esta vez por el uso de las aguas del río Silala".
    El conflicto por el Silala fue incluido en 2006 -bajo el primer gobierno de Bachelet- en la agenda de 13 puntos. Para Chile, el río es de curso internacional, mientras Bolivia afirma que las aguas fluyen a Chile por canales artificiales construidos hace más de cien años, por lo que reclama una compensación económica. Acusa que empresas mineras en Chile estarían perforando pozos de agua cerca de la frontera, lo que podrían afectar las reservas hídricas que traspasan, de forma natural, al territorio boliviano.
    Las aguas del Silala también fueron motivo de un fuerte enfrentamiento en los años 60. Hoy, Bachelet anunció que su gobierno va a defender los intereses del país y que en caso de que Bolivia recurra nuevamente a La Haya por las aguas del río Silala, Chile contrademandará. "El Gobierno de Bolivia alega ser dueño de recursos hídricos que son compartidos, las aguas del Silala fluyen naturalmente hacia el territorio por efecto de un ley tan clara como es la ley de gravedad", expresó la jefa de Estado. Añadió que durante más de cien años Bolivia reconoció el carácter de río internacional en las aguas del Silala. "Con tranquilidad, pero con firmeza yo quiero anunciar a los compatriotas que en caso de que Bolivia materialice su anunciada demanda, Chile va a contrademandar a Bolivia", ratificó.
    Subrayó que los derechos de Chile se encuentran "claramente reconocidos por el principio de que todo estado ribereño de un curso de agua internacional tiene derecho a utilizarlo para el beneficio de sus comunidades". Recordó que el año 2009, Chile estuvo dispuesto a un acuerdo con La Paz para determinar el uso compartido de las aguas del río Silala, pero el proyecto fracasó por la negativa de Bolivia.
    "El gobierno de Bolivia habla de diálogo, pero los hechos demuestran que no está dispuesto a ningún diálogo y que prefieren instrumentalizar a los tribunales internacionales", aseveró. "Frente a este cuadro, mi Gobierno va a resguardar con firmeza nuestros intereses nacionales y haremos todas las gestiones que es necesario hacer en aras de proteger nuestros intereses nacionales, nuestros recursos naturales y también nuestro derecho al desarrollo sustentable", enfatizó la gobernante. Bachelet se reunió hoy con el canciller Muñoz para abordar especialmente este tema.
    Para el ministro, "lo que hay aquí, más allá del río Silala, es una política de hostilidad hacia Chile, probablemente por la desesperanza respecto a la demanda marítima, porque saben que no van a conseguir el resultado buscado, es decir la soberanía". Frente a las posturas que aconsejan retirarse del Pacto de Bogotá -por el cual los estados miembros aceptan la jurisdicción de la Corte de La Haya para resolver controversias- Muñoz no lo descartó, señalando que "siempre vamos a estar disponibles para conversar sobre aquello que le convenga a los intereses nacionales. Pero hoy no es el tema", concluyó.

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