PEKÍN.- La inflación al consumidor de
China superó los pronósticos en febrero, acelerándose en su mayor ritmo
desde julio de 2014, mientras que los precios a la producción
ralentizaron su caída por segundo mes consecutivo, lo que reduce algo de
la presión sobre las autoridades.
Si bien el aumento en los precios al consumidor,
impulsado por los alimentos, será recibido con beneplácito por los
reguladores preocupados de que China pueda caer en una trampa
deflacionaria, algunos economistas creen que las presiones alcistas
sobre los valores serán modestas en los próximos meses.
La inflación anual al consumidor se aceleró a un 2,3
por ciento en febrero, dijo el jueves la Oficina Nacional de
Estadísticas, a partir del 1,8 por ciento de enero y por encima del 1,9
por ciento pronosticado por los analistas.
Ese fue el mayor incremento interanual desde julio de 2014.
Un incremento de un 7,3 por ciento en los precios de
los alimentos se debió principalmente al clima frío y el efecto la
estacional del Año Nuevo chino, dijo Yu Qiumei, un funcionario de la
Oficina Nacional de Estadísticas, en un comunicado que acompaña los
datos. La inflación que no considera los alimentos fue de un 1,0 por
ciento.
"La inflación fue mucho mayor que las expectativas", dijo Guo Lei, economista jefe de Founder Securities, en Shanghái.
"Creemos que la inflación no superará el objetivo del
Gobierno de un 3 por ciento este año, pero su aceleración, obviamente,
restringirá el espacio para una mayor relajación de la política
monetaria", agregó.
China tiene como objetivo mantener la inflación al
consumidor en torno a un 3 por ciento en 2016 para reflejar factores
como el aumento en los costos laborales, las fluctuaciones de valores en
los productos agrícolas y el impacto de una reforma adicional de los
precios.
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