martes, 15 de marzo de 2016

Sin protección en todo el Mundo 60 millones de trabajadores domésticos, según dice la OIT

GINEBRA.- Unos 60 millones de trabajadores domésticos en el mundo, el 90 por ciento del total, carecen hoy de protección social, en detrimento fundamentalmente de las mujeres, advirtió la OIT. Según el estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los mayores déficits en la cobertura de la seguridad social están concentrados en los países en desarrollo.


Sin embargo, el fenómeno persiste en naciones industrializadas: En Italia, por ejemplo, alrededor del 60 por ciento de los empleados domésticos adolecen de registro en los sistemas de seguridad social o no aportan contribución alguna.

A escala internacional, este tipo de faena ocupa a unos 11,5 millones de emigrantes, quienes "suelen enfrentar una discriminación aún mayor", corroboró la investigación.

"No hay justificación para que este grupo permanezca excluido de la seguridad social, que es un derecho humano de todos", evaluó la entidad, perteneciente al sistema de Naciones Unidas.

Cuando los trabajadores domésticos envejecen o sufren lesiones, "son despedidos, sin una pensión o apoyo adecuado al ingreso. Esto puede y debe ser corregido", señaló la directora del departamento de protección social de la OIT, Isabel Ortiz.

La fuerza laboral predominantemente femenina (un 80 por ciento) se halla "muy expuesta a la discriminación, así como a la vulnerabilidad social y económica", subrayó Ortiz.

A juicio de la OIT, se trata de un sector difícil de abarcar, pues las faenas suceden dentro de hogares privados, hay rotación elevada del empleo, frecuentes pagos en especie, salarios irregulares y falta de contratos formales de trabajo.

En opinión de Philippe Marcadent, también especialista de la OIT, "las políticas para extender la protección social a los trabajadores domésticos son elementos fundamentales de la lucha contra la pobreza y a favor de la igualdad de género".

Actualmente no existe un único modelo para ese tipo de prestaciones, pero establecer su obligatoriedad sería un elemento crucial, estimó Fabio Duran-Valverde, economista principal de la OIT.

Además, las estrategias deberían incluir -entre otras medidas- incentivos fiscales, planes de registro, campañas de sensibilización dirigidas a los trabajadores domésticos y a sus empleadores, así como sistemas de cheque de servicios, consideró.

Al decir de la OIT, es factible y asequible que los sistemas de seguridad social abarquen a los trabajadores domésticos, incluso en los países de bajos y medios ingresos, como demuestra la experiencia de Mali, Senegal y Vietnam.

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